Claudia Elena Pelañosa: la Voluntaria más Longeva de los Juegos Nacionales Juveniles 2024

Claudia Elena Pelañosa, a sus 63 años, es una de las voluntarias más longevas de los I Juegos Nacionales de la Juventud 2024. Su dedicación y vocación de servicio la han llevado a viajar desde Mogotes hasta Manizales, donde su generosidad inspira a todos.

Con 63 años, Claudia Elena es ejemplo de vocación de servicio. Su generosidad la llevó desde Mogotes hasta Manizales para ser parte de los I Juegos Nacionales de la Juventud 2024.

La vocación de servicio la hizo voluntaria de los Juegos

A sus 63 años, Claudia Elena Pelañosa dejó su hogar en Mogotes (Santander) y viajó más de 23 horas en bus para ser voluntaria en los I Juegos Nacionales de la Juventud 2024. Su vocación de servicio, que ha marcado su vida, la convierte en un modelo de compromiso y generosidad.


Una Voluntaria que Marca la Diferencia

Claudia Elena Pelañosa, originaria de Bogotá y residente en Mogotes (Santander) desde hace tres décadas, es una de las 1.750 personas que se unieron como voluntarios para los I Juegos Nacionales de la Juventud 2024, organizados por el Ministerio del Deporte. Lo que la distingue es su dedicación inquebrantable a la causa, una vocación de servicio que ha sido parte de su vida desde siempre.

A sus 63 años, Claudia es probablemente la voluntaria más longeva de estos Juegos. Con una trayectoria marcada por el altruismo, se dedicó al voluntariado desde el año anterior, cuando aplicó para participar en los Juegos Nacionales. Después de un curso de dos meses y con una calificación excelente, Claudia inició su historia como voluntaria, algo que definió como «una experiencia hermosa».

De Mogotes a Manizales: Un Viaje Impulsado por el Corazón

En un testimonio cargado de humildad, Claudia relata que el haber recibido una llamada para ser voluntaria en los Juegos fue un honor. No dudó ni un segundo en aceptar el reto y viajar desde Mogotes, un pequeño municipio en Santander, hasta Manizales, donde se están llevando a cabo las competencias.

«Me dijeron que si quería ser voluntaria y acepté de inmediato, me encantó», afirma con entusiasmo.

Esta decisión no fue fácil, ya que implicó un largo y agotador viaje en bus de 23 horas. Sin embargo, la vocación de servicio que ha definido su vida siempre le ha dado la fuerza para seguir adelante, sin importar las dificultades.

Un Rol Multidimensional en los Juegos

Desde su llegada a Manizales, Claudia ha asumido una variedad de tareas, todas con el mismo objetivo: contribuir al éxito de los Juegos.

«A veces veo que mis compañeros están ocupados, voy y les ayudo. Es lo mínimo que podemos hacer para que los Juegos salgan muy bien», comenta Claudia con una sonrisa.

Su rol como voluntaria incluye orientar a las delegaciones en los escenarios deportivos, recoger botellas plásticas y colaborar en la preparación de los espacios de competencia para los próximos días.

El Legado Familiar: Un Ejemplo de Generosidad

A lo largo de su vida, Claudia ha buscado transmitir a sus hijas, Natalia y Paola, y a su nieto, Juan Camilo, la importancia del servicio desinteresado.

«Quiero dejarles ese legado», expresa.

En sus palabras, se nota una profunda conexión con los valores familiares y el deseo de fomentar el altruismo entre sus seres queridos.

Una Vida Dedicada al Servicio y la Enseñanza

Además de su labor como voluntaria, Claudia Elena es una mujer activa en varias organizaciones no gubernamentales (ONG) y, además, imparte clases virtuales de terapia, consejería y teología con la Universidad de Países Bajos. Su pasión por ayudar a los demás la ha llevado a mantenerse involucrada en diversas actividades que buscan mejorar la vida de las personas.

Manizales: Un Encuentro con la Belleza y la Amabilidad

Por si fuera poco, Claudia se ha enamorado de Manizales.

«Es hermosa, su gente es amable y culta», afirma al hablar de la ciudad.

El impacto de la hospitalidad y la belleza del lugar la han hecho sentir como en casa, y no hay duda de que su experiencia en los I Juegos Nacionales Juveniles ha sido aún más significativa gracias al cariño de la comunidad local.


Claudia Elena Pelañosa es un claro ejemplo de que la vocación de servicio no tiene edad y que el compromiso con los demás es el motor que mueve el mundo. A sus 63 años, demuestra que nunca es tarde para ser parte de una causa importante, y su historia será recordada como una de las más inspiradoras de los I Juegos Nacionales de la Juventud 2024. Su legado de generosidad y entrega es una inspiración para todos.


Información Adicional

  • Voluntariado en los Juegos Nacionales: Los I Juegos Nacionales de la Juventud 2024 cuentan con la participación de más de 1.700 voluntarios de diversas partes del país.
  • Viajando por vocación: Claudia no es la única voluntaria que ha viajado largas distancias para ser parte del evento; muchos otros se han sumado a esta causa con el mismo espíritu de servicio.

¿Qué opinas de la historia de Claudia Elena? ¿Te gustaría ser voluntario en eventos como estos? ¡Déjanos tus comentarios y comparte esta historia para inspirar a más personas a unirse al voluntariado!


La vocación de servicio la hizo voluntaria de los Juegos

23 horas viajó en bus doña Claudia Elena Pelañosa para venir de Mogotes (Santander) a Manizales. Lo hizo guiada por un don que le Dios le dio, dice ella: la vocación de servicio.
 
Ella es uno de los 1.750 voluntarios que tienen los I Juegos Nacionales de la Juventud 2024 organizados por el Ministerio del Deporte.

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