Los recientes ataques de osos a ambos lados del Atlántico son una muestra de la creciente presión que se ejerce sobre estos animales debido a la degradación de sus hábitats.
En el territorio canadiense de Nunavut, dos osos polares mataron a un trabajador de una estación de radar del Ártico, un ataque mortal poco frecuente en la región.
Según la BBC, la especie está en declive y los científicos han observado una reducción de sus zonas de caza como resultado de la pérdida de hielo marino debido al cambio climático.
Mientras tanto, Rumania ha aprobado la matanza de cientos de osos pardos tras la muerte de un excursionista. Allí, también, los ecologistas afirman que la expansión de los humanos en las tierras de origen de los osos es un factor importante en los ataques.
Traducido de SEMAFOR