El Grupo de Investigación en Cromatografía y Técnicas Afines (GICTA), co-liderado por el profesor Milton Rosero Moreano, desarrolló un innovador bioplástico a partir de residuos agroindustriales. En este proyecto la investigadora principal es Viviana Morales Sánchez, estudiante de doctorado en Ciencias Químicas, y la acompañan Esteban Giraldo Castaño, estudiante de Ingeniería de Alimentos; el profesor Álvaro Pulsara Mora, físico de la Universidad Nacional y la profesora Eva Almenar de la Michigan State University.
Este proyecto se centra en la creación de un bioplástico utilizando pectina extraída de la cáscara de naranja Valencia, un residuo agroindustrial abundante en la región de Caldas, y su posterior recubrimiento consiste en una delgada película de nanocompositos híbridos con propiedades antibacterianas. Esta innovación no solo busca ofrecer una alternativa biodegradable y renovable a los plásticos convencionales, sino también mejorar las propiedades barreras del bioplástico.
Cooperación internacional
A lo largo de su ejercicio investigativo, el equipo ha consolidado una sólida cooperación con la Michigan State University, el Instituto Nacional de Foto electrónica y la compañía MGM de Rumania. Estas colaboraciones refuerzan la puesta en marcha del bioplástico y su recubrimiento, contando con el respaldo y el reconocimiento de la comunidad académica y científica. En 2019 y 2020, la Elsevier Fundation catalogó esta idea como una de las más verdes y novedosas.
“Este trabajo de investigación es una alternativa para minimizar o mitigar el consumo de plásticos derivados del petróleo, a partir del uso de materiales biodegradables y de recursos renovables. Esto tiene un alto impacto en el departamento de Caldas, si se consideran los grandes volúmenes de cítrico que se cultivan, entre los cuales se destaca la naranja Valencia que puede ser utilizada como materia prima para producir muchos bioplásticos”, afirma la investigadora Viviana Andrea Morales Sánchez.
El siguiente paso para este innovador proyecto es la obtención de patentes y la realización de alianzas con empresas para escalar la producción a nivel industrial. Esto permitirá avanzar hacia un futuro más sostenible, reduciendo la contaminación por plásticos y promoviendo el uso de materiales biodegradables.
