El programa «Gobierno en la Calle» llegó a la Comuna La Fuente de Manizales con el objetivo de escuchar y atender las necesidades de la comunidad. Liderado por el alcalde Jorge Eduardo Rojas, el evento marcó la 14ª jornada de un modelo de presupuesto participativo que busca empoderar a los líderes locales y establecer un diálogo directo con los ciudadanos.
El 20 de septiembre, el alcalde Jorge Eduardo Rojas y su gabinete recorrieron barrios de La Fuente, como La Isla y Marmato, en una jornada de «Gobierno en la Calle». Durante el evento, los líderes comunitarios expresaron sus principales preocupaciones, desde la falta de atención de la Empresa Metropolitana de Aseo hasta la necesidad de barandas en las escaleras, evidenciando así la importancia de la participación ciudadana en la gestión municipal.
Un encuentro entre la comunidad y su gobierno: una jornada de escucha y compromiso en La Fuente
El sol apenas comenzaba a asomarse por el horizonte de Manizales cuando llegué al parque de Marmato, el punto de encuentro para una jornada que prometía acercar a la comunidad con su gobierno. Allí, el alcalde Jorge Eduardo Rojas, acompañado de su gabinete (los secretarios y los gerentes de las entidades descentralizadas del municipio) y los líderes locales, se preparaba para dar inicio a la 14ª jornada del programa «Gobierno en la Calle».
Los rostros de los miembros de la Junta Administradora Local y de las Juntas de Acción Comunal reflejaban una mezcla de esperanza y preocupación. Al tomar la palabra, el alcalde expresó su compromiso de escuchar las inquietudes de los ciudadanos y trabajar codo a codo para hallar soluciones.
«Este es un ejercicio de presupuesto participativo, y ustedes ya lo conocen, porque lo vivieron conmigo hace 12 años en la primera alcaldía. Esta vez, con más potencia, mejor organizado y, tras conocer este modelo, se ha vuelto mucho más avanzado y con un poco más de recursos. Le hemos asignado muchos más recursos, como pudieron ver en las aprobaciones que se llevaron a cabo en el pregobierno en la calle.
Es fundamental rescatar este modelo, un modelo que debemos vendérselo al país y al mundo. Miren, ¿dónde los líderes toman decisiones? En ningún lado. ¿Cómo hace usted, como miembro de la JAL, para que le hagan caso? Y a los miembros de la JAC, ¿cómo les hacen caso? Ustedes saben que es verdad: un líder va y ni lo atienden, no le ponen cuidado y mucho menos les dan recursos.
Esto es un nexo muy distinto, donde quien toma la decisión es el líder. Nosotros, como Alcaldía, no tomamos las decisiones; lo único que hacemos es poner límites, porque todos los presupuestos tienen límites. Entonces, usted dice: ‘No alcanzo a hacer más que esto. Tengo tanta plata para parques, para vías, para colegios.’ Se establecen unos límites, pero quien tomó la decisión de este ejercicio fueron ustedes, los que fueron con nuestro equipo a los pregobiernos en la calle. Quiero reconocerles la tarea juiciosa que realizaron.
La gente aún no ha entendido la importancia de los líderes, y no me canso de decirlo en todos lados. Los líderes sociales y comunitarios, los miembros de las juntas de acción comunal y de las juntas administradoras locales son los verdaderos héroes de los barrios, de las comunas, de las veredas. Son quienes ponen el pecho, quienes identifican los problemas. Nunca dirán: ‘Venga, arrégleme mi casa’, porque eso no se puede. No, ellos dicen: ‘Arregle la vía, arregle el andén, arregle el talud, podar allí, arreglen la escuela, arreglen la cancha.’ Son ustedes quienes identifican todo eso, y creo que hay que hacerles un reconocimiento muy importante.»
Con ese mensaje, palabras iniciales del señor Alcalde, resonando en el aire, iniciamos el recorrido por barrios: La Isla, Marmato, Nevado, Bajo Nevado, Andes, Cervantes, Arrayanes, Villa Carmenza, El Paraíso y Alférez Real. Cada paso que dábamos era una oportunidad para escuchar y observar las realidades que enfrentaban los residentes. El ambiente estaba cargado de expectativas; la comunidad anhelaba respuestas y, sobre todo, acciones concretas.
Una de las problemáticas más impactantes que encontramos fue la ausencia o la ineficiencia de la Empresa Metropolitana de Aseo (EMAS) en la zona. Nos detuvimos frente a una vivienda que claramente evidenciaba esta falta: un acumulador vivía allí, y la basura acumulada desbordaba no solo su hogar, sino también la salud y bienestar de toda la comunidad. Los malos olores se hacían insoportables, y los vecinos contaban cómo esta situación afectaba su día a día, creando un clima de angustia e incomodidad que nadie debería soportar.
Otro tema recurrente entre los líderes fue la necesidad urgente de instalar barandas en las escaleras de la zona. En cada barrio, las escaleras representaban un riesgo constante, especialmente para los niños y los ancianos. Las solicitudes se multiplicaban, y las miradas de preocupación se convertían en un clamor unánime: la seguridad de los habitantes de La Fuente debía ser prioritaria.
La jornada avanzaba y la conexión entre la comunidad y el alcalde se hacía palpable. En cada conversación, en cada esquina visitada, se notaba un deseo genuino de cambio. Mientras escuchaba a los vecinos, me di cuenta de que esta iniciativa no solo era un programa más; era una manifestación de un gobierno que quería ser cercano, que buscaba construir desde la base, desde el corazón de la comunidad.
Al final del día, los líderes de La Fuente y el gabinete municipal se reunieron para evaluar las necesidades urgentes y establecer un plan de acción. Las voces de los ciudadanos eran el motor de este proceso, y cada sugerencia, cada queja, cada anhelo se convertiría en parte fundamental del futuro de la comuna.
Así, «Gobierno en la Calle» se erigió como un puente entre la administración y la ciudadanía, demostrando que el diálogo y la participación son claves para construir una mejor Manizales. La jornada concluyó, pero el compromiso de la Alcaldía con la comunidad de La Fuente apenas comenzaba. Con el corazón lleno de esperanza, regresé a casa, convencido de que el cambio es posible cuando se trabaja en conjunto.
La jornada en La Fuente reafirmó el compromiso de la Alcaldía de Manizales con la participación ciudadana y la identificación de necesidades reales en la comunidad. A través de este modelo de presupuesto participativo, se busca no solo mejorar la calidad de vida de los habitantes, sino también fortalecer el papel de los líderes comunitarios como verdaderos agentes de cambio. Al final del día, quedó claro que el diálogo y la colaboración son esenciales para construir un futuro más próspero y seguro para todos.