Los pasajeros soportarán gran parte del costo de los esfuerzos para lograr que los viajes aéreos sean neutros en carbono para 2050, dijeron los expertos.
Volar es un proceso que genera muchas emisiones: cada pasajero de un vuelo de Londres a Nueva York genera tanto dióxido de carbono como el que pueden absorber 10 árboles maduros en un año.
Las mejoras en el diseño de los aviones o el uso de rutas más directas son graduales.
Mientras tanto, el «combustible sostenible para las aerolíneas» es difícil de implementar a gran escala, y los aviones eléctricos no pueden viajar largas distancias. La «compensación» es ineficaz.
Un experto le dijo a la BBC que un cambio significativo será costoso, incluso cuando algunos gobiernos como el del Reino Unido lo han convertido en una prioridad política: «Los gobiernos desesperadamente no quieren decirle a la gente que van a tener que pagar».
Traducido de SEMAFOR