El presidente ruso, Vladimir Putin, ha creado una burbuja inmobiliaria.
Las hipotecas eran poco comunes en el período soviético, se consideraban una “esclavitud por deudas” capitalista, e incluso después del fin del comunismo la mayoría de los rusos ahorraron para comprar casas directamente.
Putin introdujo subsidios hipotecarios y los aumentó durante la pandemia: los compradores de viviendas podían pedir prestado por debajo del tipo de interés del mercado y el Estado compensaría la diferencia.
Millones de personas optaron por esta opción después de que la invasión rusa de Ucrania en 2022 limitara sus oportunidades de inversión gracias a las sanciones. Dejó al Kremlin con una factura abultada e hizo subir los precios de las viviendas, informó The Economist.
En las grandes ciudades, el coste de comprar una vivienda aumentó un 172% entre 2020 y 2023.
Traducido de SEMAFOR