Los delegados de la COP29 acordaron que algunos países ricos pagarán 300.000 millones de dólares al año para ayudar a impulsar su transición verde, una suma mucho menor de la que muchos esperaban.
El acuerdo tampoco obliga a China ni a las naciones del Golfo a contribuir, a pesar de la presión de los diplomáticos occidentales para que China, el mayor emisor de carbono del mundo, y el Golfo rico en petróleo contribuyan.
Los compromisos «nunca iban a ser suficientes«, dijo el enviado climático de Vanuatu a Semafor, pero los cambios en los créditos de carbono, mediante los cuales los gobiernos y las empresas pueden pagar por programas de eliminación y reducción de carbono en otros lugares para que cuenten para sus propios objetivos de reducción, podrían ofrecer alguna «nueva esperanza«, escribió The Guardian.
Si bien los expertos siguen siendo cautelosamente optimistas, el plan podría resultar el «fruto al alcance de la mano de la mitigación del clima».
Traducido de SEMAFOR