Los diplomáticos se apresuraron a evitar un conflicto entre Israel e Irán tras el asesinato de un alto dirigente de Hamás en territorio israelí, lo que llevó a Teherán a jurar venganza.
Funcionarios de Estados Unidos y la Unión Europea mantuvieron conversaciones en las capitales regionales para intentar convencer a Irán de que no responda o que lo haga sólo simbólicamente por el asesinato del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh.
El jueves comenzó en Teherán una procesión fúnebre por Haniyeh: su grupo llevó a cabo el ataque del 7 de octubre que mató a 1.100 israelíes y desencadenó la guerra de Gaza que hasta ahora ha dejado más de 39.000 muertos, pero también fue una figura clave en las negociaciones de alto el fuego que ahora parecen poco probables de avanzar.
Traducido de SEMAFOR