El observatorio solar indio Aditya-L1 ha permitido a los científicos estimar el momento preciso en que comenzó una enorme explosión solar en julio.
Los datos del observatorio espacial representan un gran paso hacia un mejor modelado de las eyecciones de masa coronal, que arrojan partículas cargadas al espacio, a veces hacia la Tierra, donde pueden interferir con las redes eléctricas y los satélites (y causar auroras).
Tales explosiones pueden pesar hasta un billón de kilogramos y alcanzar velocidades de hasta 3.000 kilómetros por segundo, dijo un astrofísico indio a la BBC: «Ahora imaginen esta enorme bola de fuego precipitándose hacia la Tierra».
Al rastrear el origen de la eyección coronal, los científicos pueden rastrear su curso y advertir a los operadores de satélites y redes si la Tierra parece estar en la línea de fuego.
Traducido de SEMAFOR