La economía estadounidense creció un 2,8% en el último trimestre, superando las predicciones de los economistas.
El crecimiento mejor de lo esperado se debió tanto a que los consumidores gastaron más a medida que la inflación se enfrió como a que las empresas compraron más inventario para mantenerse al día.
Si bien el informe del jueves podría complicar la decisión esperada de la Reserva Federal de recortar las tasas de interés en septiembre por temor a reactivar una economía que finalmente se está enfriando, los datos no deberían «cambiar las perspectivas» para sus próximos movimientos, argumentó The Wall Street Journal.
Las nuevas cifras podrían servir como un «lado positivo» para la campaña presidencial de Kamala Harris en una carrera en la que la economía es un tema de conversación principal, dijo un analista a la BBC.
Sin embargo, la combinación actual de condiciones, donde las facturas de comestibles de los consumidores siguen siendo altas, significa que los votantes aún no tienen confianza en que la economía esté mejor.
Traducido de SEMAFOR