Un análisis de queso momificado que data de hace 3.600 años ofrece pistas sobre cómo vivían los pueblos antiguos.
Los científicos estudiaron muestras de queso encontradas enterradas con tres momias en la cuenca del Tarim, en el noroeste de China, conservadas en ataúdes sellados y en condiciones secas.
Un análisis químico de fragmentos de ADN indicó que el queso provenía de leche de vaca y cabra y sugería la mezcla de pueblos de la cuenca del Tarim, los Xiaohe y la estepa euroasiática, mientras que su inclusión en los enterramientos indicaba que tenía valor.
Si bien los científicos dijeron que podrían intentar recrear el queso, no probaron el original. «Creo que la gente no quiere probarlo porque vemos que no es tan atractivo», dijo un investigador a The New York Times.
Traducido de SEMAFOR