Un nuevo campo de investigación llamado “envejecimiento de los órganos” busca entender por qué algunas partes de nuestro cuerpo se deterioran más rápido que otras.
Si bien la edad cronológica es bastante sencilla, el declive físico de nuestro cuerpo es “mucho más aleatorio de lo que alguna vez pensábamos”, escribió The Washington Post.
Órganos específicos como el corazón pueden envejecer drásticamente más rápido que otros tejidos en algunas personas, lo que las pone en mayor riesgo de enfermedades relacionadas.
Por el contrario, resultados preliminares, aún no revisados por pares, publicados en junio sugieren que
las personas con cerebros relativamente jóvenes tenían probabilidades mucho menores de desarrollar Alzheimer que aquellas con cerebros más viejos.
Los científicos sospechan que incluso puede ser posible influir en cómo envejecen partes de nuestro cuerpo, aunque se necesita más trabajo para probar esa idea.
Traducido de SEMAFOR