La renuncia del CEO de Intel, Pat Gelsinger, el lunes marca un revés para las ambiciones de chips de la administración Biden.
La compañía recibió miles de millones de dólares en fondos de subvención estadounidenses para construir nuevas fábricas, aunque Intel tuvo dificultades para competir con su rival Nvidia.
Gelsinger fue expulsado por la junta directiva de la empresa, meses después de un pobre informe de ganancias y un pronóstico de ventas sombrío, informó Bloomberg.
Los responsables políticos en Washington se habían preocupado silenciosamente por Intel, lo que estimuló las conversaciones sobre si necesitaría más ayuda, informó Semafor el mes pasado.
«Tiene sentido que el gobierno de Estados Unidos intente salvar la situación y apuntalar a un ‘campeón nacional’ en el espacio de los chips», escribió Reed Albergotti de Semafor, dada su carrera por la superioridad tecnológica sobre China.
Traducido de SEMAFOR