El líder político de Hamás murió en un ataque aéreo contra Teherán, un sorprendente ataque atribuido a Israel y que supuso la muerte de un segundo alto mando militante en dos días.
Israel no hizo comentarios sobre el ataque, que amenazó con dividir aún más a una comunidad internacional ya polarizada por la guerra de Israel en Gaza: Turquía describió el asesinato como un «asesinato pérfido», China advirtió de más inestabilidad y Qatar puso en duda futuras negociaciones de alto el fuego.
Horas antes, Israel dijo que había matado a un alto miembro de Hezbolá, una milicia libanesa que, como Hamás, cuenta con el apoyo de Irán. La precisión de los asesinatos en capitales extranjeras fue notada por los periodistas, que los contrastaron con el duro ataque del país vecino, en Gaza.
Traducido de SEMAFOR