Las repercusiones del breve período de Corea del Sur bajo la ley marcial están aumentando.
Las autoridades intentaron allanar la oficina del presidente Yoon Suk Yeol y prometieron detenerlo, mientras que el ex ministro de Defensa, que ya está encarcelado, intentó suicidarse, dijeron funcionarios.
La agitación ha asustado a los inversores y ha amplificado los llamados para que Seúl revise su sistema de gobierno corporativo, que otorga a un puñado de conglomerados familiares una «capacidad ilimitada para comprar, vender, dividir y fusionar subsidiarias», informó Bloomberg.
Cambiar esas reglas, dicen los analistas, reduciría la volatilidad e impulsaría la inversión extranjera. Corea del Norte, por su parte, rompió su silencio sobre la situación en el Sur, y los medios estatales acusaron a Yoon de dirigir una «dictadura fascista«.
Traducido de SEMAFOR