Empatía una de las cualidades olvidadas: del Poder al Desdén en un Examen Crítico del Liderazgo

La visión de un liderazgo auténtico y comprometido implica ir más allá de las tareas administrativas básicas y abrazar un papel activo en la construcción de una comunidad sólida y justa.

Encarnar las cualidades humanas esenciales y actuar con empatía, don de gente, humildad y amabilidad son los cimientos sobre los cuales se construye este liderazgo comprometido y auténtico.

En las estrechas calles de la conexión y la amistad de antaño, la realidad política revela una desconcertante desconexión entre el alcalde y aquellos que deberían ser sus aliados naturales. Los hechos ocurridos hoy, durante la celebración del día del periodista, pintan un retrato impactante de un alcalde que, en lugar de ser un líder cercano a la comunidad, parece haberse erigido como un ‘virrey distante‘.

La conexión personal, forjada en el pasado compartido durante los días de bachillerato en el mismo colegio, se vio sometida a una prueba sorprendente. En un almuerzo organizado por la Alcaldía, donde convergían la celebración y la oportunidad para que los ciudadanos expresaran sus inquietudes, decidí aprovechar el encuentro para hablar con el alcalde. Sin embargo, la respuesta que recibí fue todo menos lo que esperaba.

Como parte de la misma red de amigos de toda la vida, me acerqué con la confianza que brinda la familiaridad. Pero, en lugar de un saludo cordial, encontré la mirada despectiva de un alcalde que parecía haber olvidado sus raíces. ¿Cómo es posible que alguien que debería representar los intereses de la comunidad se comporte con tanta la altivez?

La ocasión no era trivial; venía cargada con la urgencia de una cita que había estado solicitando durante dos meses. La búsqueda de este encuentro no había sido casualidad, sino la expresión de una preocupación ciudadana por cuestiones medioambientales. La respuesta, sin embargo, fue una bofetada de desdén y rabia.

La intervención del jefe de prensa, quien me instó a hablar primero con él, sugiere un alejamiento considerable del alcalde de los asuntos comunes de la gente. La respuesta del alcalde, lejos de ser receptiva, mostró una desconexión evidente con las preocupaciones de la comunidad. La derivación a la secretaría de medioambiente, a través del jefe de prensa, sugiere que las preocupaciones medioambientales son consideradas como temas de menor importancia.

La pregunta que surge, inevitablemente, es si un alcalde, elegido por el pueblo, puede permitirse este tipo de comportamientos. La respuesta debería ser un rotundo no. La esencia de la democracia radica en la conexión, la empatía y la atención a las necesidades de la comunidad. La actitud del alcalde plantea cuestionamientos serios sobre la naturaleza de su liderazgo y su compromiso con el bienestar de aquellos que juró servir.

Nuestro artículo no busca solo señalar las carencias, sino instar a la reflexión y la acción. ¿Cómo puede un alcalde, elegido para representar y liderar, carecer de estas cualidades humanas fundamentales? ¿Cuál es el verdadero costo de esta carencia para la comunidad? En este examen crítico, buscamos despertar una conciencia colectiva sobre la importancia de elegir líderes que no solo ostenten títulos y posiciones, sino que también encarnen las cualidades humanas que forman el tejido de una sociedad cohesionada. La carencia de empatía, don de gente, humildad y amabilidad nos desafía a replantear nuestra visión de un liderazgo auténtico y comprometido.

El tejido de una sociedad cohesionada está compuesto por una serie de cualidades humanas esenciales que los líderes deben encarnar para construir un entorno armonioso y equitativo. En el contexto de la gestión municipal, estas cualidades son fundamentales para fortalecer los lazos entre la administración y la comunidad. A continuación, exploraremos algunas de estas cualidades y proporcionaremos ejemplos concretos de su aplicación:

CualidadDefiniciónEjemplo
EmpatíaLa capacidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás.Un alcalde empático se involucra activamente en la comunidad, escucha las preocupaciones de los ciudadanos y toma medidas para abordar los problemas que afectan a diversos grupos.
Don de GenteLa habilidad para relacionarse y comunicarse de manera efectiva con las personas.Un líder con don de gente establece conexiones genuinas con los ciudadanos, participa en eventos comunitarios y se comunica de manera clara y accesible, fomentando un ambiente de apertura y colaboración.
HumildadReconocer las propias limitaciones y estar abierto a aprender de los demás.Un alcalde humilde acepta críticas constructivas, busca la retroalimentación de la comunidad y trabaja en colaboración con expertos y líderes locales para tomar decisiones informadas.
AmabilidadMostrar cortesía, respeto y consideración hacia los demás.Un líder amable trata a todos los ciudadanos con respeto, independientemente de su estatus social o afiliación política, creando así un ambiente de inclusión y colaboración.
Construcción propia.

En un mundo ideal, la relación entre los líderes locales y la comunidad debería basarse en la empatía y la amabilidad, dos pilares fundamentales que alimentan el tejido social. Sin embargo, nos encontramos ante una realidad que no refleja este “deber ser”.

La empatía, esa capacidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás, parece haberse extraviado en el ejercicio del liderazgo. La frialdad y la indiferencia mostradas en situaciones cotidianas, plantean interrogantes sobre la verdadera conexión entre el alcalde y los ciudadanos que juró servir.

La amabilidad, otra virtud crucial para el bienestar de nuestra comunidad, parece ser una cualidad en desuso en la oficina del alcalde. La reciente experiencia de un ciudadano que, en busca de una audiencia sobre un asunto medioambiental, fue recibido con desdén y rabia, refleja una actitud que va en contra del espíritu de servicio público.

El “deber ser” de un alcalde implica no solo la gestión eficiente de los recursos y la planificación del desarrollo, sino también la atención y el respeto hacia cada miembro de la comunidad. El liderazgo debe ser inclusivo, receptivo y comprometido con el bienestar de todos.

Instamos a nuestro alcalde a reflexionar sobre su papel como líder comunitario. La falta de empatía y amabilidad no solo mina la confianza de la comunidad, sino que también socava los cimientos de un gobierno verdaderamente representativo.

Es hora de recordar que el servicio público no se trata solo de tomar decisiones desde la altura del poder, sino de estar al servicio de la comunidad con empatía y amabilidad. Invitamos al alcalde a reconsiderar su enfoque, a escuchar las voces de la comunidad y a recordar que el verdadero liderazgo se construye sobre la base de la conexión y la atención a las necesidades de quienes le confiaron su voto.

¿La falta de empatía y el no tener el “don de gente” pueden afectar negativamente el “deber ser” de un alcalde?. Sí, estas cualidades son fundamentales en la gestión pública, ya que contribuyen significativamente a la efectividad de un líder local. Aquí hay algunas razones por las cuales la empatía y el “don de gente” son importantes para el desempeño adecuado de un alcalde:

  1. Conexión con la comunidad: La empatía permite al alcalde comprender y conectarse emocionalmente con los ciudadanos. Esto es crucial para entender sus necesidades, preocupaciones y expectativas.
  2. Comunicación efectiva: El “don de gente” implica habilidades de comunicación sólidas y la capacidad de relacionarse bien con las personas. Esto facilita la transmisión de información, la resolución de conflictos y la construcción de relaciones positivas.
  3. Negociación y resolución de problemas: Tener empatía y ser sociable ayuda a un alcalde a negociar eficazmente y a abordar los desafíos de manera constructiva. La capacidad de comprender diferentes perspectivas contribuye a la toma de decisiones más informada.
  4. Participación ciudadana: La falta de empatía puede llevar a una desconexión entre el alcalde y la comunidad, lo que dificulta la participación ciudadana. El “don de gente” facilita la interacción y la colaboración con los ciudadanos en la búsqueda de soluciones y mejoras locales.
  5. Clima de confianza: La empatía y la amabilidad contribuyen a la construcción de un clima de confianza entre el alcalde y los ciudadanos. La confianza es esencial para el éxito de la gestión municipal y la implementación efectiva de políticas.

La visión de un liderazgo auténtico y comprometido implica ir más allá de las tareas administrativas básicas y abrazar un papel activo en la construcción de una comunidad sólida y justa. Encarnar las cualidades humanas esenciales y actuar con empatía, don de gente, humildad y amabilidad son los cimientos sobre los cuales se construye este liderazgo comprometido y auténtico”.

La falta de empatía y el no tener el “don de gente” pueden afectar la capacidad de un alcalde para desempeñar sus funciones de manera efectiva y para ganarse la confianza y el apoyo de la comunidad. Estas habilidades sociales son valiosas para la construcción de relaciones positivas y el logro de objetivos comunes.

Estas cualidades forman el tejido social de una sociedad cohesionada, creando una red de relaciones saludables y contribuyendo al bienestar colectivo.

En una ciudad que merece un liderazgo auténtico y comprometido, es momento de reflexionar sobre el papel del alcalde y su conexión con la comunidad. La desconexión mostrada hoy no solo es un asunto personal, sino un reflejo de la responsabilidad pública que recae en los hombros de aquellos que ocupan cargos de liderazgo. ¿Es posible restaurar la conexión perdida? Solo el tiempo y las acciones futuras del alcalde podrán responder a esta incógnita.

Los Datos:

CompetenciaDefiniciónConductas
Compromiso con el servicio público  Realizar las actividades y tareas de manera proactiva y con un alto nivel de vocación comunitaria, buscando siempre mejorar el bienestar y calidad de vida de los habitantes de su municipio.Evidencia conciencia y conocimiento sobre el impacto público de las actuaciones de su gobierno. Expresa con sus actos y acciones, valores asociados con el altruismo y sentido de pertenencia comunitario para cumplir con los deberes y obligaciones del cargo. Demuestra con un alto nivel de responsabilidad que las acciones realizadas tienen un alto impacto público. Presenta un alto grado de amabilidad, cordialidad y servicio a las partes interesadas, los ciudadanos y la comunidad en general. Otorga un trato digno, amable y de calidad a sus subalternos y colaboradores, buscando siempre impulsar y motivar al personal para alcanzar los resultados esperados.
Tomado del libro: El perfil del alcalde colombiano de Edgar Enrique Martínez Cárdenas y Harold David Pico García pág. 244. 1aed. — Bogotá : Escuela Superior de Administración Pública-ESAP, 2021

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Del artículo: 11. EL ALCALDE DEBE SER UN LÍDER! Salido el 9 de julio de 2012 en la Revista Semana donde se escribe: “Estas son 22 de las cualidades de un LÍDER, lo deseable sería que todo Alcalde las tuviera”… se extraen algunas a guisa de acompañar este artículo. Ellas son:  

7) TIENES QUE SABER COMUNICARTE CON TU GENTE. No solo es ser inteligente y diseñar la mejor solución para cada problema, concebir los mejores proyectos; además tienes que saber comunicarlos y asegurarte que la ciudadanía entienda bien lo que dijiste.

8) DEBES TENER Y DEMOSTRAR GRAN CAPACIDAD DE SERVICIO. El verdadero líder es ante todo un servidor y le gusta servir a sus semejantes, servir es la esencia de la carrera del buen líder, es más el verdadero líder se nutre en el contacto estrecho con su gente. Pero no puedes parecer impostado, tu deseo de servir tiene que ser sincero, debes disfrutarlo, porque eso se nota, la fuerza para servir debe venir de adentro de ti, debe estar motivada por el amor, reside en que amas más a tu gente que a la posición que has conquistado.

9) COMO LÍDER DEBES SER GENEROSO. Como líder estoy seguro que conoces que hay más placer en dar que en recibir, es más el placer máximo está en DARTE, en entregarte con amor a los más débiles, nada te debe complacer más que mejorar la calidad de vida de la gente más pobre y necesitada de tu comunidad.

11) DEBES ESCUCHAR A TU COMUNIDAD. Tienes que estar muy atento a lo que dice tu comunidad, dice un sabio aforismo español: “La voz del pueblo es la voz de Dios”. Y debes saber escuchar a tu gente. Escucha a tus propios colaboradores, ellos te pueden mantener actualizado sobre lo que ocurre en la ciudad, escucha a tu cónyuge, nadie puede ser más sincero que tu propia familia. Lee los periódicos, oye la radio y mira la televisión, el político tiene la obligación de conocer las noticias todos los días, incluso cuando estás de viaje, eso te ayuda a mantenerte en contacto con la realidad.

13) DEBES RELACIONARTE FÁCILMENTE CON LOS DEMÁS. Lo único importante en la vida es la gente, el contacto con las demás personas, lo que te hace sentir vivo. Nada reemplaza la calidez del contacto humano, por lo que debes conocer profundamente a tu gente, entenderla a cabalidad, para poder amarlos, después que amas a alguien, puedes entregarle tu vida, pero una entrega sincera, veraz, pues la gente debe percibir una gran sinceridad, de ser así, siempre estarán contigo.

Tomado de: https://www.semana.com/11-el-alcalde-debe-ser-un-lider/321736/

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