Por primera vez, parece haberse curado un caso de diabetes tipo 1.
El tipo 1 genético es la forma más rara de la enfermedad, pero todavía afecta a unos 2 millones de personas sólo en Estados Unidos. Solía ser mortal y, aunque ahora se puede controlar con inyecciones regulares de insulina, sigue siendo una afección de por vida.
El año pasado, investigadores chinos modificaron las células de los propios pacientes para crear tejido pancreático productor de insulina y, un año después, la primera paciente sigue produciendo su propia insulina y su nivel de azúcar en sangre está bien controlado, informó Gizmodo.
Los resultados son preliminares y la investigación con células madre está plagada de callejones sin salida y fraude científico, pero hay grandes esperanzas de que la cura esté cerca.
Traducido de SEMAFOR