La caligrafía ha perdurado como símbolo de la cultura china, incluso cuando esta ha cambiado.
Desde el siglo IV, China se enorgullece de su habilidad con el pincel. Muchas prácticas imperiales fueron abandonadas después de la revolución, pero no la caligrafía, e incluso “Mao Zedong estaba orgulloso de su propia mano”, señaló The Economist.
Los niños estudian la forma de arte hasta los 15 años y obtienen créditos por ella en el gaokao, el examen de ingreso a la universidad de China.
Beijing posiciona la caligrafía como denotando la continuidad con la antigua China, cuando el lenguaje escrito se usaba como una lengua franca de élite en ausencia de una hablada compartida, como el latín en la Europa medieval. Y el estado ha invertido dinero en encontrar ejemplos antiguos, con la esperanza de demostrar que la escritura china es la más antigua del mundo.
Traducido de SEMAFOR