Las autoridades brasileñas planean dragar partes del río Amazonas en respuesta a los niveles de agua que han alcanzado un mínimo histórico.
Dicen que una cuenca fluvial más profunda permitirá que el comercio, incluidos los alimentos y medicamentos vitales para las comunidades remotas, siga fluyendo.
Pero los ambientalistas sostienen que la medida devastará el ecosistema local. “La decisión de dragar satisface una necesidad de las comunidades, de la humanidad”, dijo un experto al New York Times. “Pero, desde un punto de vista ambiental, es muy imprudente“.
Otros países pronto podrían tener que considerar respuestas igualmente radicales a las sequías: según la Organización Meteorológica Mundial, el cambio climático ha empujado al 50% de los ríos del mundo por debajo de los niveles normales.
Traducido de SEMAFOR