El gas ruso dejó de fluir a través de Ucrania por primera vez en décadas.
Moscú ha suministrado gas a Europa a través de un gasoducto transucraniano desde 1991, y continuó a pesar de la guerra, pero el último acuerdo de cinco años acaba de expirar.
El hecho de que Europa no sufra de inmediato es una señal de cuánto ha cambiado el mercado energético del continente: antes de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, el 40% del gas de la Unión Europea provenía de Rusia. Para 2023, esa proporción había caído al 10%.
Aun así, varios miembros de la UE, en particular Austria y Eslovaquia, siguieron importando cantidades significativas. Viena dijo que tenía reservas suficientes y no preveía interrupciones, pero Bratislava, cuyo presidente simpatiza con Rusia, obtuvo importantes honorarios por transportar el gas.
Traducido de SEMAFOR