Irán sufre una grave fuga de cerebros.
Según un ministro del gobierno, una cuarta parte de los profesores universitarios del país han emigrado en los últimos años. En niveles más bajos de la escala académica, un número récord de estudiantes se fue el año pasado; el presidente iraní dijo que el 80% de los estudiantes estaban considerando la emigración.
Las dificultades económicas, el régimen autoritario y la inestabilidad política están impulsando el éxodo, escribió el observador iraní Bahram Salavati en el Financial Times, “agotando constantemente el capital humano del país”.
La pérdida está dificultando el desarrollo de Irán. Teherán debe abordar las causas profundas, sostuvo Salavati, mediante la implementación de “reformas económicas, junto con estabilidad política y libertades sociales”, pero la fuga no muestra señales de desacelerarse en el corto plazo.
Traducido de SEMAFOR