Burning Man no logró vender todas las entradas, una rareza que los habituales atribuyen a fenómenos meteorológicos extremos y a precios igualmente extremos de las entradas.
El festival del desierto de Nevada puso a la venta un lote de 3.000 entradas de último momento, ya que los aficionados no pudieron acudir.
Puede que esto se deba en parte a los recuerdos del evento del año pasado, que casi fue arrasado por unas lluvias desérticas poco habituales, dejando a 77.000 personas varadas y obligando a los asistentes famosos como Chris Rock a huir a través del país.
El año anterior, las temperaturas alcanzaron los 39°C (103°F), y algunos necesitaron tratamiento por insolación. El hecho de que cueste al menos 780 dólares entrar al festival con un vehículo también puede haber influido en las ventas.
Traducido de SEMAFOR