Pekín ha lanzado una ofensiva contra este juego de palabras, una de las pocas formas que quedan de que los ciudadanos chinos puedan hablar de temas delicados de forma segura.
Internet en China está censurada, pero los usuarios eluden las restricciones con homófonos, como “paracaidista” (sǎn bīng) en lugar de “idiota” (shǎ bī), por ejemplo, o con chistes internos, como decir Winnie-the-Pooh para referirse al líder chino Xi Jinping.
The Guardian informó de que una campaña del gobierno está apuntando a estos juegos de palabras “irregulares e incivilizados”: un periódico del Partido Comunista dijo que causaban “erosión” de los valores socialistas.
Los memes surgen rápidamente, por lo que el editorial pidió que también se prohibieran las palabras nuevas “ambiguas”: “Una ola de malos chistes habrá desaparecido y puede que esté en camino una nueva ola de malos chistes”, escribió.
Traducido de SEMAFOR