Google dijo que reelaboraría desde cero su plan para construir un centro de datos de 200 millones de dólares en Santiago de Chile tras la oposición de los lugareños y los ambientalistas.
La decisión del gigante tecnológico llega meses después de que un tribunal chileno revocara parcialmente su permiso de 2020, poniéndose del lado de los activistas que se quejaron de que el centro de datos agravaría la sequía de años de Santiago al utilizar los suministros de agua de los residentes para enfriar sus servidores.
El auge de la inteligencia artificial ha acelerado el uso del agua por parte de las grandes tecnológicas: el consumo de agua de Google aumentó un 22% entre 2020 y 2022, según el Financial Times.
Los críticos han descrito los planes de Google de construir centros de datos en América Latina como un «colonialismo de datos» que explota el «agua barata, la electricidad y los laxos estándares ambientales» de los países, escribió el medio de noticias sobre conservación Mongabay.
Traducido de SEMAFOR