El crecimiento explosivo de las energías renovables en China está enmascarando su lenta adopción en otras partes del mundo, argumentó un académico.
Brett Christophers escribió en el Financial Times que los gráficos que muestran aumentos exponenciales son engañosos: “La descomunal materialidad de [la transición de China] significa que las cifras globales
ocultan más de lo que revelan”.
China representó el 63% de la nueva capacidad global en 2023. Y si bien la lectura superficial sugiere un crecimiento en rápida aceleración (en 2023 se construyeron un 50% más de energía eólica, solar y otras fuentes de energía sin carbono que en 2022), una cantidad abrumadora proviene de China.
El aumento es más lento en África y otras partes de Asia, señaló Christophers, que tienen algunos de los sectores energéticos con mayor uso intensivo de combustibles fósiles: “El ritmo de progreso es más lento precisamente donde más se necesita”.
Traducido de SEMAFOR