«De la gloria exportadora a la liquidación: Color Siete, emblemática firma de moda colombiana, se despide tras décadas de conquistar mercados internacionales. El declive de una marca que inició en 1987, alcanzó las ligas mayores, pero no pudo sortear los desafíos económicos y ahora enfrenta su triste desenlace en un proceso de liquidación judicial.»
En un triste giro de eventos, la reconocida empresa colombiana de ropa, Color Siete, fundada en 1987 como M & R, se encuentra en un proceso de liquidación, según informa Leonardo Botero en su artículo del 23 de enero de 2024.
La historia de Color Siete es fascinante. Nació en medio de beneficios tributarios otorgados por la tragedia del volcán Nevado del Ruiz, y rápidamente se destacó en el mercado local. En 1989, se lanzó al mercado exportador con la marca Color Siete, consolidándose como un referente en el sector masculino.
En el transcurso de los años, la compañía diversificó su oferta, lanzando marcas como Rosé Pistol y Rosé Pistol Kids, enfocadas en el público infantil. Su expansión internacional no tuvo límites, llegando a países como Brasil, Bolivia, Canadá, Ecuador, España, Japón, República Dominicana y Venezuela.
Sin embargo, los años de éxito se vieron empañados cuando, en 2017, Color Siete entró en un proceso de reorganización que, tras seis años, terminó de manera abrupta. La Superintendencia de Sociedades anunció la apertura del proceso de liquidación judicial tras el incumplimiento de los acuerdos.
Al momento del inicio del proceso de reorganización, los activos de Color Siete ascendían a $29.584 millones, mientras que los pasivos eran de $23.469 millones. El Ministerio del Trabajo, en diciembre del año pasado, solicitó a la Superintendencia de Sociedades ser reconocido como parte del proceso, reclamando un crédito por $25.006 millones.
En un giro agridulce, recordamos los momentos gloriosos de Color Siete. En 1996, la empresa se lanzó al mercado exportador con el 70% de su producción destinada al exterior. Luis Felipe Molina, gerente general en ese entonces, atribuía el éxito al concepto integral de la marca, combinando diseño, imagen, calidad y servicio.
En 2014, la firma, que empezó como una modesta empresa de maquila, había evolucionado hasta posicionarse en mercados exclusivos de alto poder adquisitivo, como Estados Unidos y Dubai. Con marcas propias, Color Siete conquistó clientes como Bloomingdales, Nordstrom y Barneys.
A pesar de los desafíos, la empresa experimentó un crecimiento constante, aumentando sus exportaciones y expandiendo su presencia en mercados desarrollados. Sin embargo, la ambición de alcanzar el 40% de ventas en el exterior para 2016 y la diversificación de alianzas no fueron suficientes para evitar la crisis que ahora enfrenta.
Color Siete, que alguna vez fue un símbolo de éxito y conquista en el mundo de la moda, hoy se ve sumida en la triste realidad de la liquidación. Su historia, marcada por la innovación, la calidad y la ambición, nos recuerda la volatilidad del mundo empresarial. Aunque logró destacarse en mercados exigentes, los desafíos internos y externos finalmente llevaron a la empresa a su fin.
Este caso nos invita a reflexionar sobre la importancia de la adaptabilidad, la gestión financiera y la capacidad de reinventarse en un entorno empresarial cada vez más competitivo. La caída de Color Siete es un recordatorio de que, incluso para los íconos de la industria, la supervivencia requiere más que solo conquistar mercados: implica una constante evolución y resiliencia.
Referencias:
COLOR SIETE A LA CONQUISTA. Redacción El Tiempo. 11 de noviembre 1996
La compañía caldense Color Siete busca exportar 40% de sus ventas en 2016 Teresita Celis, La República. 9 de octubre de 2014
Color Siete, famosa marca de ropa, se va a liquidación. Leonardo Botero. Valora Analitik. 2024-01-23