El libro autobiográfico de Edna Lorena Cuesta Vásquez, presentado en la 15ª Feria del Libro Ciudad de Manizales, ofrece una emotiva reflexión sobre el rol de los cuidadores y las emociones de una paciente con Linfoma No Hodking.
El 29 de agosto de 2024, en el marco de la 15ª Feria del Libro Ciudad de Manizales, se presentó Clemencia en el mar de las linfas, una obra autobiográfica de Edna Lorena Cuesta Vásquez. El libro narra la experiencia de una mujer de 40 años en su lucha contra un Linfoma No Hodking, y rinde homenaje a su madre, quien se convirtió en su cuidadora principal durante el tratamiento. A través de una prosa conmovedora y profunda, Cuesta Vásquez explora el impacto emocional tanto en la paciente como en su cuidadora.
Clemencia en el mar de las linfas es una bitácora literaria que relata el viaje emocional de Edna Lorena Cuesta Vásquez y su madre durante el tratamiento contra el Linfoma No Hodking que comenzó a principios de 2022. El libro, presentado en la Feria del Libro de Manizales, busca visibilizar la dura realidad de los cuidadores y la resiliencia de los pacientes, ofreciendo una perspectiva íntima y reflexiva sobre su experiencia.
Con prólogo de Natalia Matallana e ilustraciones del artista local John Isaac Jaimes, el libro se destaca por su narrativa en dos voces, que captura la esencia de los desafíos enfrentados en la habitación 508 de un hospital en Manizales y los momentos compartidos durante el tratamiento. La obra no solo documenta la lucha contra la enfermedad, sino también el amor y la fortaleza que emergen en medio de la adversidad.
Edna Lorena Cuesta Vásquez, comunicadora social y periodista de la Universidad de Manizales, expresó su emoción por participar en la Feria del Libro. “La sensación es la de asomarme a la puerta y mostrar orgullosa el mejor juguete de mi reblujero. Este libro es un abrazo fraterno para todos aquellos que se sienten cansados y necesitan un aliento,” comentó Cuesta Vásquez.
El título del libro, Clemencia en el mar de las linfas, es una metáfora que alude tanto a la madre de la autora, Clemencia, como a las complicadas aguas del tratamiento de quimioterapia. “Es un juego de palabras que refleja el viaje emocional y físico que enfrentamos,” explicó Cuesta Vásquez.
Detalles de fondo: El libro surge de una experiencia personal que comenzó como un ejercicio de catarsis para la autora y se transformó en un tributo a los cuidadores de pacientes con cáncer. A través de una narración sincera y detallada, Cuesta Vásquez ofrece una visión honesta y emocionalmente resonante de la lucha contra el cáncer y el papel crucial de los cuidadores.
Edna Lorena Cuesta Vásquez: “Este libro es un abrazo fraterno para todos aquellos que se sienten cansados y necesitan un aliento.” “El título es una metáfora que refleja el viaje emocional y físico que enfrentamos durante el tratamiento.”
Clemencia en el mar de las linfas no solo destaca la valentía de quienes enfrentan el cáncer, sino también el impacto profundo y a menudo invisible de los cuidadores. La presentación del libro en la Feria del Libro Ciudad de Manizales marca un importante reconocimiento de estas experiencias y ofrece una plataforma para reflexionar sobre el amor y la resiliencia en tiempos de adversidad.
Información adicional:
El libro está disponible en varias librerías del país y puede adquirirse en línea para quienes deseen explorar esta emotiva historia. Para más detalles sobre el libro y su autora, se pueden consultar las redes sociales y sitios web dedicados a la literatura y la salud.
La Oficina de Prensa conversó con Edna Lorena acerca de esta honda experiencia que en un comienzo fue catarsis y ahora es un texto que abraza a cuidadores y pacientes.
Oficina de Prensa: ¿Cuál es su sensación al estar participando, por primera vez, en la Feria del Libro de Manizales?
Edna Lorena Cuesta Vásquez: la sensación es la de asomarme a la puerta -como hacen los niños- y luego entrar a la sala mostrando orgullosa el mejor juguete de mi reblujero (risas). Esta es una oportunidad maravillosa de conversar, a través de unas páginas, con esos cuidadores y cuidadoras que se sienten cansados, con cosas qué decir, con ganas de un abrazo. También es poder compartir con personas que pasaron o pasan por una situación compleja de salud -no necesariamente cáncer- y poderles mostrar esos asideros intangibles de los cuales yo misma me agarré para sobrellevar la enfermedad: las historias de los libros, la música, la meditación. Sí, este libro es un abrazo fraterno para todos ellos (as) y que la Feria me lo permita es de lo más potente que me haya podido pasar con este proyecto editorial.
Oficina de Prensa: ¿Quién o qué la animó para iniciar este proyecto?
E.L.C.V: cuando empezó a consolidarse la intención de escribir sobre esta experiencia, el historiador de la Universidad Nacional, Andrés Quintero, quien además es mi compañero, me bombardeó de preguntas: “¿A quién quieres escribirle? ¿Cuál sería la línea transversal? ¿Cuáles serían los objetivos secundarios? sientes la distancia necesaria para empezar a escribir sobre aquello que fue doloroso?. Fue así como me fui metiendo en esta historia oceánica.
Oficina de Prensa: A propósito de océanos, qué significa el título del libro: Clemencia en el mar de las linfas?
E.L.C.V: Es un juego de palabras que, en primera medida, nombra a la gran protagonista de este ejercicio narrativo: mi mamá, que se llama Clemencia. También, hace referencia a esas aguas contaminadas con fuertes sustancias de quimioterapia que intentan combatir un cáncer líquido que afecta al sistema linfático.
Oficina de Prensa: ¿A quién agradece este proyecto editorial que ya se encuentra en varias librerías del país?
E.L.C.V: A mi papá, el que araña sentidos en la roca dura del mundo. Él fue el iniciador de esta fascinación por la escritura y la lectura. También a la Universidad de Manizales, con su facultad de Comunicación Social y Periodismo, que me ha dado valiosas herramientas, entre las cuales destaco ese acercamiento con la filigrana de la crónica y el lenguaje audiovisual. Finalmente, a mis amigos y a las comunidades de periodistas, artistas, profesores, nadadores, meditabundos, florales y lunáticos que han tejido gran parte de lo que soy.
Fragmento
Camino suavecito hasta el baño, me apoyo de las barandas de la camilla. Mi muchacha duerme boca arriba y con media camisa de pijama. ¡Pobrecita!, de ese catéter subclavio le salen como cinco cables que van conectados a la máquina de infusión. Uno para la doxorrubicina; otro para la vincristina; este de acá para el etopósido y los dos de allá para la solución salina y la ciclofosfamida. Mejor ni averigüen en Google; casi todos son tóxicos muy bravos. Mi bizcocha dice que los biomédicos deberían darse cuenta de tanto cablerío a ver si desarrollan tecnología inalámbrica en las unidades de oncología. Y no exagera. Cuando salimos a caminar por el pasillo, parecemos arrastrando un árbol de Navidad cargado de extensiones
