El primer ministro británico, Keir Starmer, dijo que su nuevo gobierno electo “quitará los frenos” a la economía del país, mientras se preparaba para presentar sus propuestas políticas al Parlamento.
Los detalles se desconocen, pero el Partido Laborista ha prometido reducir las barreras a la construcción de viviendas e infraestructuras, y los gobiernos locales recibirán objetivos obligatorios de construcción de viviendas para hacer frente a la crisis del coste de la vida, junto con la flexibilización de las normas sobre el transporte público.
Sin embargo, es poco probable que el gobierno pueda prometer mucho en materia de nuevos gastos: el partido ha prometido lograr un presupuesto equilibrado, y Gran Bretaña tuvo un déficit de 66.000 millones de dólares el año fiscal pasado.
Traducido de SEMAFOR