La científica rusa que reveló los secretos evolutivos de la domesticación animal ha muerto a los 91 años.
El experimento de Lyudmila Trut y su mentor comenzó cuando empezaron a criar zorros plateados salvajes en 1958, con el objetivo de producir animales más mansos. Descubrieron que, en tan solo unos años, los zorros no solo se habían vuelto más amigables sino más parecidos a los perros, con orejas caídas, cuerpos menos musculosos y pelaje y cola más rizados, rasgos observados en otros animales domésticos, lo que sugiere que la cría para la mansedumbre generó un “conjunto” de genes.
El experimento fue una medida audaz en la Rusia soviética de posguerra, que entonces todavía estaba esclavizada por Trosim Lysenko, cuya denuncia pseudocientífica de la ciencia genética “occidental” exacerbó hambrunas que mataron a millones de personas, y que hizo que otros científicos fueran arrestados por investigar la evolución.
Traducido de SEMAFOR