Europa se rebela cada vez más contra el turismo.
El continente recibió 709 millones de visitantes el año pasado y, en algunos países, en particular España, “la paciencia de los locales se ha agotado”, informó el Financial Times.
Decenas de miles de personas protestaron en la costa sur española, en las grandes ciudades y en las islas con gran presencia turística.
El sur de Europa depende en gran medida del turismo (representa el 12% del PIB español), pero los lugareños se quejan de que les impone precios que les impiden vivir, causa desorden y “disneyfica” las ciudades medievales.
Algunos municipios están tomando medidas concretas, implementando límites al tamaño de los grupos de turistas y prohibiciones de beber en público.
Venecia introdujo una tarifa diaria de 5 euros (5,50 dólares) para las visitas durante las horas punta, pero recaudó más dinero del previsto , lo que llevó a los críticos a decir que la política no había reducido las cifras.
Traducido de SEMAFOR