Más del 10% de la población de Cuba abandonó la isla entre 2022 y 2023 en medio de una grave recesión económica y una represión gubernamental cada vez más severa.
A pesar de permitir la creación de empresas privadas por primera vez en décadas, la economía estatal se ha derrumbado a medida que el crecimiento en Venezuela y Rusia, de los que Cuba depende, se ha desacelerado en los últimos años.
Los migrantes cubanos se enfrentan a naciones de acogida cada vez más hostiles a la migración: países de toda Europa y América del Norte han endurecido sus restricciones a la mano de obra extranjera, incluso cuando dependen de los trabajadores, una medida que podría resultar “inmensamente perjudicial para [sus] economías“, argumentó The Economist.
Traducido de SEMAFOR
