El Starship de SpaceX, el cohete más potente jamás lanzado, aterrizó con éxito en su cuarto vuelo de prueba.
Tres lanzamientos anteriores habían fracasado: el primero explotó poco después del despegue, el segundo casi llegó al espacio pero se desmoronó y el tercero entró en órbita pero se quemó al intentar reingresar. El cuarto perdió varias losetas de su escudo térmico y sufrió daños en sus flaps, pero pudo aterrizar suavemente en el Océano Índico después de recorrer medio mundo en menos de una hora.
En el corto plazo, Starship ayudará a lanzar aún más satélites para el servicio de Internet satelital Starlink de Elon Musk; A más largo plazo, la NASA espera utilizarlo para devolver gente a la Luna, mientras que Musk sueña con colonizar Marte.
Traducido de SEMAFOR