La crisis demográfica de Japón es una «emergencia silenciosa», dijo su nuevo primer ministro.
El país tiene la segunda población más vieja del mundo, tres cuartas partes de sus ciudades están menguando y su tasa de natalidad es de alrededor de 1,2 hijos por mujer, muy por debajo de la tasa de reemplazo de población de 2,1.
Shigeru Ishiba, quien asumió el cargo esta semana, prometió apoyar a las familias con medidas como horarios laborales flexibles.
La falta de niños en el país es una preocupación particular para una familia: Japón tiene solo un heredero imperial masculino.
Las reglas de sucesión solo para hombres significan que la familia real «se enfrenta a la extinción», informó AFP. Estabilizar el número de miembros de la familia imperial «es un problema particularmente urgente«, dijo Ishiba.
Una encuesta reciente también encontró que el 90% del público apoya permitir herederas femeninas.
Traducido de SEMAFOR