El gobierno filipino está haciendo un esfuerzo concertado para impulsar su cocina en el escenario mundial.
La comida filipina es menos familiar para los paladares occidentales que otras cocinas del sudeste asiático como la tailandesa o la vietnamita, aunque algunos platos individuales como la lumpia, una especie de rollito de primavera, o el adobo, un guiso con ajo hecho con pollo o cerdo, son relativamente bien conocidos.
El presidente Ferdinand Marcos Jr. está instando a la diáspora filipina de 10 millones de personas a impulsar su cocina en el extranjero, mientras que dentro del país, el gobierno ha comenzado a promover el “turismo gastronómico” para mejorar las experiencias culinarias de los visitantes extranjeros en el país, en parte mediante creando rutas turísticas dirigidas a los amantes de la gastronomía y un festival gastronómico de un año de duración, Eatsperience, en una zona popular de Manila.
Traducido de SEMAFOR