
Exclusivo de Semafor
En ambos lados del Atlántico se están gestando batallas sobre las acciones corporativas relacionadas con ESG.
En Londres, 48 inversores institucionales presionaron para que BP diera a los accionistas el derecho de voto sobre cualquier plan para diluir sus objetivos climáticos, un desafío a los esfuerzos de un importante fondo de cobertura activista para obligar al gigante del petróleo y el gas a desprenderse de sus negocios verdes, según el Financial Times.
Y en los EE. UU., BlackRock canceló las reuniones programadas con las empresas después de una nueva guía regulatoria que se considera ampliamente que erosiona la capacidad de los inversores para presionar a las empresas sobre sus problemas ambientales, sociales y de gobernanza, una pesadilla de los republicanos y cada vez más una mina política en el país, informó Semafor.
Traducido de SEMAFOR