
Los rebeldes sirios tomaron Damasco y derrocaron al régimen de Bashar al-Assad en una ofensiva relámpago, lo que transformó Oriente Medio.
El derrocamiento puso fin a 53 años de gobierno de la familia Assad y coronó 13 años de brutal guerra civil.
Mientras las fuerzas gubernamentales se dispersaban, imágenes de Damasco mostraban a grupos rebeldes entrando al palacio presidencial, escoltando al primer ministro desde su casa en señal de la transición formal del poder y liberando a desconcertados prisioneros sirios que habían sido encarcelados bajo el gobierno de Assad.
El presidente caído huyó a Moscú, donde se le dio asilo, informaron los medios rusos, mientras los sirios de todo el mundo se regocijaban. «Hubo una pesadilla, y se fue«, dijo un hombre que había huido al Líbano.
Traducido de SEMAFOR