La arraigada cultura japonesa del exceso de trabajo choca con la reducción de la fuerza laboral.
Los lugares de trabajo japoneses han prosperado históricamente “gracias a las horas extras no pagadas, el presentismo y la coerción”, informó el Financial Times, tanto que hace una década se aprobó una ley para evitar el karoshi, o muerte por exceso de trabajo.
Pero las horas de trabajo parecen estar disminuyendo, ya que la escasez de personal provocada por el envejecimiento de la población japonesa y la baja liquidez del mercado laboral han fortalecido las manos de los empleados.
Las horas de trabajo promedio por semana de los hombres han caído de 50 en 1973 a menos de 45, y las de las mujeres de 45 a menos de 35, cerca del promedio de Estados Unidos.
Traducido de SEMAFOR