América Latina se enfrenta a una crisis alimentaria que se agrava, a pesar de ser uno de los mayores productores de alimentos del mundo.
Casi un tercio de la población de la región sufre al menos una inseguridad alimentaria moderada. Según los expertos, la pandemia de COVID-19 acabó con más de una década de progreso en términos de reducción del hambre, empujando a otros 48 millones de personas a la inseguridad alimentaria.
En Argentina, la población en situación de inseguridad alimentaria se ha más que duplicado desde 2017. En respuesta, los gobiernos regionales han hecho de la crisis alimentaria una prioridad máxima, informó Americas Quarterly.
“El hambre no es natural. Es, sobre todo, el resultado de decisiones políticas”, dijo el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
Traducido de SEMAFOR