Un ensayo en Níger concluyó que muchos menos niños pequeños morirían en el África subsahariana si se utilizara más ampliamente un antibiótico común.
La nación de África occidental tiene una de las tasas de mortalidad infantil más altas del mundo; más de uno de cada diez niños no sobrevive para ver su quinto cumpleaños.
La azitromicina, utilizada para tratar enfermedades como infecciones respiratorias, diarrea y malaria, se prescribe actualmente a bebés menores de 11 meses, pero administrar el medicamento a todos los menores de cinco años redujo la mortalidad en un 17%, según el estudio.
Los investigadores de la Universidad de California sostienen que los beneficios de expandir el uso del medicamento superan los riesgos de la resistencia a los antimicrobianos, y la OMS está revisando su posición, informó el Financial Times.
Traducido de SEMAFOR
