El sudeste asiático está luchando por encontrar un equilibrio entre frenar las importaciones baratas de China y atraer inversiones en alta tecnología.
Los países están considerando aumentar los impuestos a las importaciones para frenar la avalancha de productos chinos de bajo costo, como ropa y productos electrónicos, mientras cientos de fábricas de la región cierran, informó Nikkei.
Al mismo tiempo, los gobiernos se han vuelto cada vez más dependientes de la inversión china, particularmente en autos eléctricos y paneles solares, lo que impulsa las economías regionales y al mismo tiempo ayuda a Beijing a eludir las barreras comerciales occidentales.
Sin embargo, los países del sudeste asiático, recelosos de las represalias de China, insisten en que no están seleccionando los productos chinos para su escrutinio.
Después de que Indonesia propusiera imponer aranceles de hasta el 200% a las telas importadas, un funcionario afirmó que la medida no estaba dirigida a su «buen amigo» China.
Traducido de SEMAFOR