María Fernanda Flórez y María Antonia Castrillón, estudiantes de Arquitectura y Publicidad de la UCM, vivieron una experiencia transformadora en Chile, llevando esperanza y fe a comunidades vulnerables a través del servicio y la evangelización.


Dos estudiantes de la Universidad Católica de Manizales viajaron a Chile para participar en las Misiones de Verano 2025, donde, a través de la evangelización y el servicio social, contribuyeron al bienestar de comunidades vulnerables, fortaleciendo su vocación cristiana y compromiso social.
Un Encuentro con la Solidaridad: La Experiencia de Movilidad Internacional en Chile
La movilidad internacional ha dejado de ser solo una oportunidad para viajar y aprender de otras culturas. Para estudiantes de la Universidad Católica de Manizales (UCM), este tipo de experiencias se han convertido en plataformas de cambio personal y social. María Fernanda Flórez Alzate, estudiante del programa de Arquitectura, y María Antonia Castrillón Pérez, de Publicidad, fueron dos de los jóvenes seleccionados para representar a su universidad en las Misiones de Verano 2025 en Chile. Su viaje a este país sudamericano no solo fue una oportunidad académica, sino una vivencia profunda que transformó su comprensión de la fe, el servicio y la solidaridad.
La Universidad Católica de Manizales: Fomentando la Fe y el Servicio
El compromiso de la UCM con la formación integral de sus estudiantes no se limita a las aulas. A través de programas de movilidad internacional como el de las Misiones de Verano, la universidad se esfuerza por inculcar en sus alumnos valores cristianos y de servicio. María Fernanda y María Antonia viajaron junto a otras delegaciones de la Pastoral Universitaria de la UCM para unirse a las misiones organizadas por la Universidad Católica de Temuco y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso en Chile. Estas misiones son una oportunidad para los jóvenes de interactuar directamente con comunidades vulnerables, llevando no solo ayuda material, sino también un mensaje de esperanza y amor.
Un Viaje al Corazón de las Comunidades Vulnerables
El destino de las estudiantes fue la parroquia San Pedro de Curacautín, ubicada en la región de Temuco. Aquí, los estudiantes participaron activamente en la Escuelita de Verano, un programa de integración social donde se ofrecieron espacios de aprendizaje y recreación para niños de la comunidad. Además de los juegos y actividades manuales, María Fernanda y María Antonia acompañaron a los niños con un mensaje de esperanza, brindándoles momentos de alegría en medio de sus realidades difíciles.
María Antonia Castrillón describió su experiencia como un encuentro profundo con la comunidad. Asegura que el servicio y la escucha activa le permitieron entender la importancia de construir lazos sólidos basados en la fe y la solidaridad. Según sus palabras:
«Cada momento vivido dejó una huella significativa en nuestro aprendizaje, desde la escuelita de verano con los niños hasta el trabajo comunitario. Comprendimos que el amor que se entrega siempre regresa multiplicado. A quienes sienten miedo de vivir una experiencia como esta, les diría que se arriesguen, pues abrir el corazón para servir y amar es recibir mucho más de lo que se da».
La Vocación de Servicio: Más Allá de la Aulas
El viaje de María Fernanda Flórez a Chile no solo fue una lección académica, sino una reafirmación de su vocación de servicio. Para ella, la experiencia en la parroquia San Pedro de Curacautín transformó su visión del mundo. El contacto directo con las realidades difíciles de las personas más vulnerables le permitió comprender la importancia de la empatía, la ayuda desinteresada y el acompañamiento. En sus propias palabras,
«Lo que más me marcó fue el contacto directo con las realidades de las personas en situaciones difíciles y la posibilidad de brindarles apoyo, compañía y esperanza. Conocer sus historias y ver la gratitud con la que recibían nuestro acompañamiento me permitió entender que cuando nos entregamos con el corazón, Dios nos usa como instrumentos para hacer el bien y transformar vidas».
El Legado de la Universidad Católica de Manizales: Educación Integral con Valores
La UCM ha sido una institución pionera en la integración de los valores cristianos con la formación académica. La movilidad internacional es una de las herramientas utilizadas por la universidad para que sus estudiantes no solo crezcan en lo académico, sino que también desarrollen una fuerte conciencia social y humana. La experiencia de María Fernanda y María Antonia es un claro ejemplo de cómo la universidad contribuye a la formación de futuros profesionales comprometidos con la sociedad.
De acuerdo con el Grupo de Pastoral de la UCM, cada misión internacional busca promover el desarrollo personal, la introspección espiritual y, sobre todo, la responsabilidad social. El trabajo realizado por los estudiantes en Chile no solo benefició a las comunidades locales, sino que también fortaleció sus propias creencias y su capacidad de liderazgo.
El Impacto de las Misiones: Un Llamado a la Acción
La movilidad internacional de la UCM resalta una tendencia creciente de las universidades colombianas: el deseo de formar estudiantes que no solo sean competentes profesionalmente, sino que también tengan un fuerte compromiso con el bienestar social y humano. Para la universidad, es fundamental que sus estudiantes lleven consigo el mensaje de servicio y solidaridad, que son pilares de su misión educativa.
Además, el testimonio de las estudiantes de la UCM inspira a otros a seguir sus pasos y sumarse a esta labor misionera. A través de estas experiencias, la universidad está contribuyendo activamente a crear un cambio social positivo no solo en Colombia, sino también en otras partes del mundo.
Un Modelo de Movilidad Internacional que Inspira
El viaje de María Fernanda y María Antonia es solo una de las muchas historias que destacan el éxito de los programas de movilidad internacional en la UCM. Al integrar el servicio comunitario con el intercambio cultural, estos programas contribuyen al fortalecimiento del sentido humano y cristiano de los estudiantes. Además, generan oportunidades para que los jóvenes enfrenten los desafíos globales con una perspectiva más amplia y solidaria.
Al concluir su experiencia en Chile, ambas estudiantes volvieron a Colombia con nuevas perspectivas sobre la vida, la fe y el servicio. Estas vivencias no solo marcaron un antes y un después en sus vidas, sino que también siguen fortaleciendo el legado de la Universidad Católica de Manizales como una institución comprometida con la formación integral de sus estudiantes.
La movilidad internacional de los estudiantes de la UCM ha demostrado ser una herramienta poderosa para formar individuos con un fuerte sentido de responsabilidad social y humana. María Fernanda y María Antonia son solo dos ejemplos de cómo la universidad logra inspirar a sus estudiantes a llevar el mensaje de servicio y amor a las comunidades más necesitadas del mundo. Estas experiencias no solo enriquecen la vida de los participantes, sino que también dejan un impacto positivo en las comunidades que reciben su ayuda.
Información Adicional:
Las misiones universitarias no son una práctica exclusiva de la Universidad Católica de Manizales. De hecho, muchas instituciones de educación superior en América Latina y en el mundo promueven programas de movilidad internacional enfocados en el servicio comunitario. Estas experiencias no solo permiten a los estudiantes sumergirse en nuevas culturas, sino que también los impulsan a vivir los valores que aprenden en sus carreras, como la empatía, el liderazgo y la solidaridad.
Por ejemplo, las Misiones de Verano organizadas por universidades católicas en diversas partes del mundo son reconocidas por su enfoque en la evangelización y el acompañamiento a comunidades en situación de vulnerabilidad. Además, se realizan en lugares remotos donde la ayuda humanitaria y el apoyo espiritual son esenciales para la vida cotidiana de las personas.
En cuanto a las parroquias de Chile como la de San Pedro de Curacautín, estas no solo representan un lugar de oración, sino también centros de integración social y cultural. Las parroquias en comunidades rurales, muchas veces alejadas de las grandes ciudades, juegan un papel fundamental en el apoyo emocional y físico de sus habitantes, especialmente en áreas como el sur de Chile, que enfrenta retos derivados de su geografía y el aislamiento de algunas localidades.
Otra curiosidad es que, en muchos de estos programas, los estudiantes no solo participan en actividades educativas y de servicio, sino que también experimentan una inmersión cultural que les permite aprender sobre gastronomía, música, arte y tradiciones locales. Esto enriquece aún más la experiencia, dándoles una comprensión profunda del país y su gente.
Además, programas como el de Misiones de Verano contribuyen al desarrollo de la solidaridad global. Al estar en contacto con comunidades de diferentes contextos, los jóvenes aprenden a valorar su propia cultura, mientras entienden las realidades de otras partes del mundo, reforzando su sentido de responsabilidad social global.
Finalmente, es interesante saber que estas experiencias misioneras suelen tener un impacto duradero en la vida de los participantes. Muchos estudiantes regresan con una nueva perspectiva de vida, más conscientes de las desigualdades sociales y con un fuerte compromiso para seguir sirviendo a su comunidad local o incluso continuar trabajando en proyectos internacionales de cooperación social.
¿Qué piensas sobre la importancia de las misiones internacionales en la formación de jóvenes? ¿Te gustaría participar en un programa similar? ¡Comparte tu opinión y experiencia en los comentarios!
Movilidad internacional: estudiantes UCM llevan su vocación de servicio a Chile
- Dos estudiantes UCM viajaron a Chile en una experiencia de movilidad que transformó sus vidas, fortaleciendo su fe, liderazgo y compromiso social.
- A través del servicio y la evangelización, llevaron esperanza a comunidades vulnerables y reafirmaron el legado de la Institución.