
Una nueva exposición en Londres arroja luz sobre la complejidad de la carpintería japonesa.
Una galería de la Casa de Japón se ha transformado en un maravilloso mundo de madera, con cinceles, sierras, mortajas y espigas, escribió The Guardian.
La pieza central es la reconstrucción de una sala de un templo construido entre 1185 y 1333: su tejado escalonado se sostiene con ménsulas de bloques de madera que parecen una partida de Jenga de nivel cinturón negro.
La complejidad e intencionalidad de la carpintería japonesa provienen del profundo respeto del país por los bosques, afirmó el comisario de la exposición.
«Si un carpintero utiliza un árbol milenario, debe estar preparado para asumir más de mil años de responsabilidad por el edificio que crea».
Traducido de SEMAFOR