
El arte de hacer una forma poco común de pasta —un conocimiento que antes estaba reservado a las mujeres en la isla de Cerdeña— está viviendo una especie de renacimiento internacional.
Su filindeu, o “hilos de Dios”, se elabora en Cerdeña desde hace 300 años como parte de una comida tradicional para los peregrinos religiosos. Consiste en hacer hilos de pasta apenas más gruesos que un cabello humano y tejerlos en un entramado.
El secreto solía transmitirse de madre a hija, hasta que una mujer decidió empezar a enseñar a otras personas fuera de su familia. Ahora, chefs de lugares tan lejanos como Singapur pueden elaborar la pasta.
Si bien el número de fabricantes sigue siendo “minúsculo”, informó Atlas Obscura, “por primera vez en generaciones, está creciendo”.
Traducido de SEMAFOR