Cuatro años después de que los militares derrocaran al entonces presidente de Mali, muchos dicen que las dificultades económicas han empeorado en todo el país en medio de constantes cortes de energía que han diezmado las empresas.
Mientras tanto, una insurgencia yihadista en expansión, que los líderes del golpe prometieron reprimir cuando llegaran al poder, ha empeorado la situación de seguridad en el país.
La creciente influencia de Rusia en la región, donde ofrece un paquete de supervivencia del régimen a cambio de concesiones económicas, ha debilitado aún más la democracia y el estado de derecho. “La perspectiva a corto y mediano plazo para la democratización del Sahel parece extremadamente sombría”, escribió un experto para el Foreign Policy Research Institute.
Traducido de SEMAFOR