Según Wired, una pistola impresa en 3D que la policía cree que se utilizó para asesinar al director ejecutivo de UnitedHealthcare, Brian Thompson, está poniendo de relieve lo “prácticas y letales” que se han vuelto estas armas.
Las impresoras 3D para el hogar están en aumento y los expertos en aplicación de la ley están cada vez más preocupados por la posibilidad de que puedan conducir a la proliferación de armas de fuego imposibles de rastrear, conocidas como “pistolas fantasma”.
El arma sospechosa es aparentemente una versión modificada de un diseño común, mientras que otros grupos han sido encontrados con pistolas semiautomáticas impresas en 3D.
Si las piezas no se pueden imprimir, se pueden comprar fácilmente: como le dijo un académico a The Guardian, “no se puede regular un tubo de acero o un resorte”.
Traducido de SEMAFOR