
La película estadounidense de superhéroes Deadpool & Wolverine logró pasar sorprendentemente la censura china.
Toda película estrenada en China debe ser mostrada primero a los funcionarios de propaganda del Estado, quienes no sólo determinan si la violencia o el sexo son demasiado impactantes, sino también si los temas de las películas socavan la autoridad estatal.
La nueva película está un tanto expurgada (los subtítulos en chino reemplazan las referencias a drogas y juguetes sexuales con líneas más aptas para toda la familia), pero el diálogo en inglés no ha sido modificado.
La decisión puede reflejar la creciente confianza de Pekín: China solía preocuparse por el dominio de Hollywood en el mercado, pero este año las películas estadounidenses representaron sólo el 15% de la taquilla total.
Un ejecutivo le dijo a The Wall Street Journal que «ya no somos una amenaza para ellos«.
Traducido de SEMAFOR