a los profesores y responsables de la enseñanza de esa disciplina
Le Monde. 17 de junio de 2000
Nosotros, estudiantes en economía en las universidades y grandes escuelas francesas, nos declaramos globalmente descontentos de la enseñanza que ahí recibimos, por las razones siguientes:
1) ¡Salgamos de los mundos imaginarios!
La mayor parte de nosotros ha escogido la formación económica con el fin de adquirir una comprensión profunda de los fenómenos económicos a los cuales el ciudadano de hoy en día se encuentra confrontado. Ahora bien, la enseñanza tal como es expuesta -es decir en la mayor parte de los casos la teoría neoclásica o enfoques derivados- no corresponde generalmente a esa espera. En efecto, si la teoría se separa de manera legítima en un primer momento de las contingencias, raramente efectúa el necesario regreso a los hechos: la parte empírica (historia de los hechos, funcionamiento de las instituciones, estudio de los comportamientos o de la estrategia de los actores, …) es casi inexistente. Por lo demás, ese desfase de la enseñanza en relación a las realidades concretas plantea necesariamente un problema de adaptación para los que desean ser útiles a los actores económicos y sociales.
2) ¡No al uso descontrolado de las matemáticas!
El uso instrumental de las matemáticas parece necesario. Pero el recurso a la formalización matemática, cuando ya no es un instrumento sino que se convierte en un fin en sí mismo, conduce a una verdadera esquizofrenia en relación al mundo real. En ese sentido, la formalización permite construir fácilmente ejercicios, “hacer trabajar” modelos en los cuales lo importante es encontrar “el buen” resultado (es decir el resultado lógico en relación con las hipótesis de partida) para poder entregar un buen examen. Esto facilita la calificación y la selección, con una cobertura de cientificidad, pero no responde jamás a las cuestiones que nos planteamos sobre los debates económicos contemporáneos.
3) ¡Por un pluralismo de enfoques en economía!
Muchas veces el curso magistral no deja lugar a la reflexión. Entre todos los enfoques presentes, generalmente se nos presenta solo uno, el cual debe supuestamente explicar todo según un procedimiento puramente axiomático, como si se tratara de LA verdad económica. Nosotros no aceptamos ese dogmatismo. Queremos un pluralismo de explicaciones, adaptado a la complejidad de los objetos y a la incertidumbre que domina la mayor parte de las grandes cuestiones en economía (desempleo, desigualdades, lugar de las finanzas, ventajas y desventajas del libre cambio, etc.)
4) Llamado a los profesores: !despiértense antes de que sea demasiado tarde!
Sabemos muy bien que nuestros profesores están ellos mismos sujetos a ciertas restricciones. Pedimos, sin embargo, el apoyo de todos los que comprenden nuestras reivindicaciones y que desean un cambio. Si éste no se realiza rápidamente, es grande el riesgo de que los estudiantes que ya han iniciado un movimiento de retirada deserten masivamente de una formación que ya no es interesante, ya que se encuentra cortada de las realidades y de los debates del mundo contemporáneo.
YA NO QUEREMOS HACER COMO QUE ESTUDIAMOS ESA CIENCIA AUTISTA QUE SE NOS INTENTA IMPONER. NO PEDIMOS LO IMPOSIBLE, SINO UNICAMENTE LO QUE EL SENTIDO COMÚN PUEDE SUGERIR A CUALQUIERA. ESPERAMOS PUES SER OÍDOS EN LOS PLAZOS MÁS BREVES.
Esta carta abierta fue lanzada a fines de mayo del 2000 y a principios de julio de este mismo año más de 500 estudiantes de la licenciatura al doctorado la habían firmado, tanto de Francia como de otros países europeos (Escuela Nacional Superior -de Ulm, Cachan y Fontenay-, la Escuela Nacional de Estadística y de Administración Económica, la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, las Universidades de Paris X-Nanterre, Paris I, Paris Tolbiac, Versailles Saint- Quentin, Orléans, Grenoble, Rennes, Clermond-Ferrand, Aix- Marseille, Besançon, Hamburg, Florence, Londres, Barcelona…).