Un viaje por su vida, sus escritos, su reforma y su legado espiritual en el Día de su Fiesta (15 de octubre)

🌿 📜 Poema: Nada te turbe, nada te espante
Nada te turbe,
Nada te espante,
Todo se pasa,
Dios no se muda.
La paciencia
todo lo alcanza;
Quien a Dios tiene
nada le falta:
Sólo Dios basta.Eleva el pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes;
Nada te turbe.A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y, venga lo que venga,
nada te espante.¿Ves la gloria del mundo
Es gloria vana;
nada tiene de estable;
Todo se pasa.Aspira a lo celeste,
que siempre dura;
fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.Ámala cual merece
Bondad inmensa;
pero no hay amor fino
Sin la paciencia.Confianza y fe viva
mantenga el alma,
que quien cree y espera
todo lo alcanza.Del infierno acosado
aunque se viere,
burlará sus furores
quien a Dios tiene.Vénganle desamparos,
cruces, desgracias;
siendo Dios tu tesoro
nada te falta.Id, pues, bienes del mundo;
id dichas vanas;
aunque todo lo pierda,
sólo Dios basta.— Santa Teresa de Jesús
Cada 15 de octubre, la Iglesia católica hace una pausa en medio del bullicio del mundo para honrar a una de sus figuras más luminosas: Santa Teresa de Ávila, también conocida como Santa Teresa de Jesús. Mística, reformadora, escritora, fundadora y, sobre todo, amiga íntima de Dios, su voz sigue resonando con una fuerza asombrosa más de cuatro siglos después de su muerte.
En 2025, a 443 años de su tránsito a la vida eterna, su legado no solo perdura: se expande. Sus escritos —auténticas joyas de la espiritualidad cristiana— son leídos por creyentes, buscadores, psicólogos, poetas y teólogos. Sus monasterios, sembrados por el mundo, siguen siendo faros de silencio y oración. Y su poema “Nada te turbe” se ha convertido en un salmo moderno, recitado en momentos de angustia, en hospitales, en redes sociales, incluso en películas.
Pero ¿quién fue realmente esta mujer que desafió las normas de su tiempo, enfrentó a la Inquisición, fundó monasterios a pie y en mula, y escribió con una pluma que parecía dictada por el Espíritu Santo?
Este artículo es un viaje profundo —pero accesible— por la vida, obra y espíritu de Santa Teresa de Jesús: la primera mujer en ser declarada Doctora de la Iglesia, una maestra de la oración cuyo mensaje es más urgente que nunca en un mundo fragmentado, ansioso y sediento de sentido.
🌸 Una Mujer de Carne y Espíritu
Teresa nació el 28 de marzo de 1515 en Gotarrendura, una aldea cercana a Ávila, España. Hija de Alonso Sánchez de Cepeda, un comerciante converso (judío convertido al cristianismo), y Beatriz de Ahumada, una mujer piadosa que murió cuando Teresa tenía solo 15 años. Desde niña mostró una personalidad intensa, apasionada y soñadora. Leía novelas de caballería con avidez y confesó más tarde que, de no haber entrado al convento, habría “hecho locuras por amor”.
A los 20 años, contra la voluntad de su padre, ingresó al Monasterio de la Encarnación, un convento carmelita de clausura relajada. Allí vivió casi dos décadas en una espiritualidad tibia, dividida entre el deseo de Dios y las comodidades del mundo. Pero en 1555, a los 40 años, experimentó una conversión radical. Frente al Cristo llagado en una imagen, sintió una llamada tan poderosa que marcó un antes y un después: “Señor, ya no quiero otra cosa que lo que Vos queréis”.
A partir de ese momento, su vida se convirtió en un combate espiritual y una misión: restaurar la auténtica vida carmelita, marcada por la pobreza, la oración y la clausura estricta. En 1562, fundó en Ávila el Convento de San José, el primero de las Carmelitas Descalzas, una reforma que parecía imposible en una mujer sola, sin recursos y bajo la sospecha constante de la Inquisición.
Antes de morir el 4 de octubre de 1582 (fecha que se ajustó al calendario gregoriano como el 15 de octubre), Teresa había fundado 17 monasterios femeninos y, junto con San Juan de la Cruz, había dado vida a la rama masculina de los Carmelitas Descalzos. Su lema era claro: “Contemplar y reformar”.
Y en medio de todo —viajes, enfermedades, calumnias, éxtasis—, escribió.
✍️ Los Tres Pilares de su Obra: Guías para el Alma Moderna
Santa Teresa no escribió para ser famosa. Escribió por obediencia, por necesidad interior y por amor a las almas. Sus tres grandes obras —El Libro de la Vida, Camino de Perfección y Las Moradas del Castillo Interior— no son tratados teológicos fríos, sino mapas del corazón humano en busca de Dios.
📘 El Libro de la Vida: La primera autobiografía espiritual de Occidente
Redactado entre 1562 y 1565, este libro es mucho más que una autobiografía: es un diario del alma en combate. Teresa narra con una sinceridad desarmante sus luchas, sus vanidades juveniles, sus enfermedades, sus visiones y, sobre todo, su descubrimiento de que la oración es amistad con Dios.
Uno de sus pasajes más célebres compara el alma con un huerto que debe regarse:
“El alma es como un huerto que ha de regar con mucho trabajo… unas veces con un pozo (oración vocal), otras con una noria (meditación), luego con un arroyo (quietud), y finalmente con la lluvia (unión mística).”
Esta metáfora no solo enseña los grados de la oración, sino que humaniza la vida espiritual: no se trata de perfección, sino de fidelidad.
El Libro de la Vida fue escrito bajo la sombra de la Inquisición. Teresa fue investigada por sus éxtasis, y su manuscrito original fue confiscado. Pero su voz sobrevivió. Hoy, es considerado una obra maestra de la literatura española y un clásico de la espiritualidad universal.
🏰 Camino de Perfección: Un manual para la vida comunitaria
Escrito para sus monjas en los primeros días de la reforma, Camino de Perfección es un manual de vida espiritual en comunidad. Aquí, Teresa enseña cómo vivir la humildad, la caridad fraterna, la mortificación y, sobre todo, la oración.
Pero hay un capítulo que ha capturado la imaginación popular: el Capítulo 16, donde compara la vida espiritual con el juego de ajedrez:
“Pues creed que quien no sabe concertar las piezas en el juego de ajedrez, que sabrá mal jugar, y si no sabe dar jaque no sabrá dar mate.”
En esta metáfora, Dios es el Rey, el alma es la Reina (la Dama), y las virtudes son las demás piezas. Para “ganar” el juego —es decir, unirse a Dios— se necesita estrategia, sacrificio y sabiduría. Por esta razón, en 1944, la Federación Española de Ajedrez la proclamó Patrona de los Ajedrecistas.
🏰 Las Moradas o El Castillo Interior: El mapa definitivo del alma
Publicada en 1577, esta es la obra cumbre de Teresa, su testamento espiritual. Aquí describe el alma como un castillo de diamante, con siete moradas (habitaciones) que representan las etapas del camino hacia la unión con Dios.
- Primeras moradas: el alma lucha contra el pecado y comienza a orar.
- Moradas intermedias: experimenta consolaciones, pruebas y purificaciones.
- Séptima morada: vive la unión mística, el “matrimonio espiritual” con Cristo.
Teresa no habla de abstracciones, sino de una experiencia real, transformadora y profundamente humana. El castillo no está en el cielo: está dentro de ti. Y el viaje no es solitario: Dios ya está en el centro, esperándote.
👑 De la Inquisición al Doctorado: Una Voz que no se Calló
Ser una mujer mística en el siglo XVI era peligroso. Teresa fue acusada de ilusiones diabólicas, sus escritos fueron censurados, y sus fundaciones, obstaculizadas. Algunos teólogos afirmaban que “una mujer no puede enseñar doctrina”.
Pero ella respondía con humildad y firmeza:
“Después de todo, muero hija de la Iglesia.”
Fue beatificada en 1614 y canonizada en 1622 por el Papa Gregorio XV. Pero su reconocimiento definitivo llegó el 27 de septiembre de 1970, cuando el Papa Pablo VI la declaró Doctora de la Iglesia, convirtiéndola en la primera mujer en recibir este título.
¿Qué significa ser Doctora de la Iglesia? Significa que su doctrina es auténtica, profunda y útil para todos los fieles, no solo para religiosos. Teresa no enseñó desde una cátedra, sino desde su celda, su dolor y su amor. Y eso es precisamente lo que la hace tan accesible.
Hoy, solo hay cuatro mujeres con este título:
- Santa Teresa de Jesús (1970)
- Santa Catalina de Siena (1970)
- Santa Teresa de Lisieux (1997)
- Santa Hildegarda de Bingen (2012)
🕊️ Las Carmelitas Descalzas: Silencio que Transforma el Mundo
La reforma teresiana no fue solo espiritual: fue revolucionaria. En una época de lujo y relajamiento en muchos conventos, Teresa volvió al Carmelo primitivo: pobreza radical, clausura estricta, oración continua y vida comunitaria fraterna.
Junto con San Juan de la Cruz, fundó la Orden de los Carmelitas Descalzos (OCD), tanto femenina como masculina. La palabra “descalzos” simboliza el despojo: ni zapatos, ni joyas, ni posesiones.
📜 La Regla del Carmelo
La espiritualidad carmelita se basa en:
- Oración mental diaria (la “oración de quietud” que Teresa enseñó).
- Vida en clausura (para proteger el silencio y la intimidad con Dios).
- Pobreza, castidad y obediencia.
- Comunidad fraterna, inspirada en el profeta Elías y en Cristo.
🌍 Presencia en el mundo hoy
Actualmente, las Carmelitas Descalzas están presentes en casi 100 países, con más de 850 monasterios y cerca de 12,000 monjas. Desde España hasta Japón, desde México hasta Australia, estas mujeres viven en silencio, pero su oración sostiene al mundo.
Muchos fieles piden a las carmelitas que recen por intenciones específicas. Se cree que su intercesión es poderosa, especialmente en momentos de oscuridad espiritual, bloqueos en la oración o decisiones difíciles.
🪔 “Nada te turbe”: El Salmo Carmelita
El poema “Nada te turbe” es, sin duda, el legado más popular de Teresa. Aunque su autoría ha sido cuestionada por algunos estudiosos (no aparece en sus manuscritos originales), la tradición lo atribuye a ella y se dice que lo llevaba escrito en su breviario.
Se le llama el “Salmo Carmelita” porque, como los salmos bíblicos, expresa toda la gama de la experiencia humana ante Dios: miedo, esperanza, confianza, desapego.
Su mensaje es radicalmente simple y profundamente liberador:
- Todo pasa (el dolor, la gloria, la riqueza).
- Dios no cambia.
- La paciencia todo lo alcanza.
- Sólo Dios basta.
Este poema ha sido musicalizado, pintado, tatuado y recitado en momentos de crisis. Es un antídoto contra la ansiedad moderna.
✨ Devociones, Milagros y Curiosidades
¿Existe una novena a Santa Teresa?
Aunque no hay una novena oficial promulgada por la Iglesia, muchos fieles rezan una novena personal los nueve días previos al 15 de octubre, pidiendo su intercesión. Las intenciones más comunes son:
- Superar bloqueos espirituales.
- Profundizar en la oración.
- Conseguir una gracia especial (salud, trabajo, reconciliación).
Una oración común es:
“Santa Teresa de Jesús, tú que conociste el fuego del amor divino, intercede por mí para que mi alma no se turbe ni se espante, sino que confíe siempre en que sólo Dios basta. Amén.”
Patronazgos inusuales
Además de ser patrona de España y de los religiosos, Santa Teresa es también:
- Patrona de los ajedrecistas (desde 1944).
- Patrona de los escritores (por su genio literario).
- Patrona de las encajeras (por su amor al trabajo manual).
- Patrona de Madrid, Ávila, Ronda y Alba de Tormes.
Milagros y tentaciones
Teresa fue tentada por el demonio, como relata en El Libro de la Vida. También experimentó éxtasis, levitaciones y visiones. Uno de los milagros más famosos es la incorruptibilidad parcial de su cuerpo, que se conserva en Alba de Tormes. En 2025, estudios científicos confirmaron que su cuerpo no ha seguido el proceso normal de descomposición, un fenómeno que muchos consideran milagroso.
🌟 Por qué Santa Teresa es Necesaria Hoy
En un mundo hiperconectado pero profundamente solo, Santa Teresa nos recuerda que la verdadera conexión es interior. En una cultura que valora la productividad, ella nos enseña que lo más importante es amar. En una época de ruido constante, su vida es un llamado al silencio fecundo.
Ella no propone huir del mundo, sino transformarlo desde dentro. Como escribió:
“Si el que comienza se esfuerza con el favor de Dios a llegar a la cumbre de la perfección, creo jamás va solo al cielo; siempre lleva mucha gente tras de sí.”
Santa Teresa no fue una santa perfecta. Fue una mujer con defectos, miedos y dudas. Pero fue auténtica, valiente y profundamente enamorada de Dios.
Y eso es lo que la hace eterna.
📿 Oración Final
Santa Teresa de Jesús,
doctora de la Iglesia y madre espiritual,
enséñanos a no turbarnos ante las tormentas de la vida.
Ayúdanos a regar nuestro huerto interior con la oración,
a caminar con paciencia por las moradas de nuestra alma,
y a descubrir que, en el centro de todo,
sólo Dios basta.
Amén.
Fuentes y referencias:
ACI Prensa, Wikipedia, Archivo de la Real Academia Española, Casa Museo de Santa Teresa (Ávila), Biblioteca del Monasterio de El Escorial, escritos de Tomás Álvarez OP, fray Luis de León, y documentos del Vaticano.

Análisis Profundo de la Obra y Legado de Santa Teresa de Jesús
El Libro de la Vida: Memoria del Encuentro Divino
El Libro de la Vida es, sin duda, la obra más personal y profunda de Santa Teresa de Jesús. Escrito por mandato de sus confesores entre 1562 y 1565 , esta autobiografía espiritual representa un hito fundamental en la historia de la literatura y la mística cristiana. No se trataba de una obra concebida para el público general, sino de un testimonio escrito bajo la obediencia a sus superiores eclesiásticos, principalmente a su director espiritual, fray García de Toledo, con quien redactó las primeras versiones en Toledo . La motivación principal era dar gloria a Dios, cumplir con el mandato de sus confesores y, como ella misma expresó, ayudar a otras almas a evitar la soledad espiritual que ella había experimentado durante años . Lejos de buscar la fama o la inmortalidad literaria, Teresa escribió con un impulso interior que describía como divino, afirmando que muchas veces no era ella quien hablaba, sino su “Maestro celestial” .
La estructura del libro es cuidadosamente pensada, aunque surja de un relato sincero. Se divide en cinco partes principales que narran el itinerario de su vida y su conversión gradual hacia Dios . La primera sección (capítulos 1-9) aborda sus años de juventud, sus debilidades y sus primeros intentos de vivir la vida religiosa. Las siguientes dos partes (capítulos 10-21) marcan un cambio radical: la aparición de lo sobrenatural, conocido como el “relato secreto”, y la introducción detallada de los diferentes grados de oración, presentados a través de la famosa metáfora del riego del huerto . Esta metáfora, desarrollada en los capítulos 11 al 21, es uno de los legados doctrinales más importantes de Teresa. Describe el alma como un huerto que Dios regala y el orante como el hortelano. Los cuatro modos de riego —usando un pozo (oración vocal), una noria (meditación), un arroyo (quietud) y la lluvia (unión mística)— representan una progresión desde un esfuerzo humano intenso hasta una acción divina total y gratificante . En este punto, el libro se adentra en lo teológico, explicando cómo la oración evoluciona desde el esfuerzo hasta el don puro de Dios .
Las últimas dos partes del libro (capítulos 22-36) culminan con la fundación de su primer convento de Carmelitas Descalzas en San José de Ávila, un evento que ella percibió como una orden directa de Dios . Este acto de fundación no solo es un hecho histórico, sino también una manifestación de su visión de la santidad activa y contemplativa. Su pedagogía es clara: la perfección no se alcanza en el aislamiento, sino que arrastra a otros. Como ella misma concluye en su fragmento más citado, “Si el que comienza se esfuerza con el favor de Dios a llegar a la cumbre de la perfección, creo jamás va solo al cielo; siempre lleva mucha gente tras de sí” . Esta frase resume su comprensión de la vocación cristiana: la santificación individual está inseparablemente ligada a la construcción del cuerpo de la comunidad.
El contexto de su escritura fue extremadamente peligroso. Durante el siglo XVI, vivió en un entorno de gran tensión religiosa, marcado por la Reforma protestante y la intensificación de la Inquisición española tras el Concilio de Trento . Sus experiencias místicas, visiones y éxtasis eran vistas con sospecha por muchos clérigos, quienes llegaron a creer que estaba bajo la influencia del demonio . Fue acusada formalmente ante la Inquisición en 1574 por la princesa de Éboli y otras fuentes, lo que resultó en el secuestro del manuscrito original por parte del tribunal en 1575 . A pesar de esto, la obra fue defendida por influyentes teólogos y confesores como el dominico Domingo Báñez y san Juan de Ávila, quienes emitieron informes favorables sobre su ortodoxia doctrinal . El proceso de publicación fue igualmente dramático. El manuscrito original fue custodiado por la Inquisición durante doce años antes de ser recuperado por Ana de Jesús y entregado a fray Luis de León para su edición . Finalmente, en 1588, fray Luis de León preparó la primera edición impresa, convirtiendo a Teresa en una autoridad espiritual reconocida no solo en España, sino en toda Europa católica . La obra ha sido descrita como una “memoria del encuentro”, donde Teresa, con una prosa espontánea y coloquial que Ramón Menéndez Pidal llamó “estilo ermitaño”, nos invita a participar en su diálogo con Dios . Es una obra que no busca edificar dogmáticamente, sino conmover y guiar, demostrando que la fe más viva a menudo brota de la experiencia más humana y vulnerable.
Las Moradas del Castillo Interior: Un Mapa Teológico de la Oración
Escrita en 1577, Las Moradas del castillo interior es considerado el tratado místico más profundo y completo de Santa Teresa de Jesús . Concluyó la obra el 7 de diciembre de ese año y, según su propia valoración, se trataba de su mejor obra, su testamento espiritual, superior incluso al Libro de la Vida, al que comparó con “oro de más subidos quilates” . El objetivo de Teresa era proporcionar a sus hermanas religiosas un “mapa” claro y accesible de su propio camino espiritual, un texto que ellas pudieran leer y “entrar y pasearse” como si fueran ellas mismas las que caminaban por las habitaciones del palacio . Fue escrito con la urgencia de una mujer que sabe que su tiempo en la tierra es limitado y que desea dejar una enseñanza perdurable para sus hijas espirituales .
La genialidad de la obra reside en su magnífica analogía del alma como un “castillo de una sola pieza de cristal diamantino” . Este castillo tiene siete moradas o estancias, cada una representando una etapa progresiva en el camino hacia la unión mística con Dios. La estructura septenaria no es arbitraria, sino teológica, basada en la idea de un viaje de interiorización que avanza hacia el centro mismo del ser, donde Dios reside . La obra se puede dividir en tres grandes secciones: las moradas exteriores (primera y segunda), que corresponden a la vía purgativa y son un punto de partida antropológico; las moradas intermedias (tercera a sexta), que representan la vía iluminativa y la profundización en Cristo; y la séptima y última morada, que simboliza la unión unitiva, donde la Trinidad habita permanentemente en el alma .
En las primeras moradas, el alma aún es consciente de sus defectos y lucha contra los vicios. La puerta de entrada al castillo es la oración, y el viaje comienza con esfuerzo y lágrimas . A medida que avanza, la morada se hace más brillante y limpia. En las moradas quintas, el corazón del castillo, el foco se centra en la transformación en Cristo (“mi vivir es Cristo”) . Aquí, la oración se vuelve más profunda y el alma se identifica con las figuras bíblicas de amor y penitencia, como la Magdalena o la Samaritana . La sexta morada es un lugar de deleite espiritual, mientras que la séptima es el destino final: el matrimonio nupcial espiritual con Dios. En este estado de unión, el alma ya no ora, sino que permanece en la presencia divina, siendo poseída por Dios. Teresa describe este encuentro como una fusión íntima, pero sin pérdida de la individualidad, donde el Espíritu Santo actúa como una llama que calienta el alma y la transforma en sí misma .
El lenguaje de Teresa en esta obra es altamente simbólico y emotivo. Utiliza constantemente la metáfora del amor y la belleza para describir la relación con Dios. El amor, insiste, es el motor del camino: “El amor ensancha el castillo”. La obra está repleta de imágenes de luz, oro, perlas y joyería, reflejando su deseo de comunicar la inefable riqueza de la vida interior . Algunos estudiosos han apuntado a influencias literarias, como una versión divinizada del Amadís de Gaula, sugiriendo que la búsqueda heroica por las moradas sigue un patrón similar al de los caballeros andantes . Sin embargo, el núcleo de la obra es eminentemente teológico y espiritual. Expone con solidez intelectual y profunda poesía la evolución del alma desde la oración inicial hasta la unión mística . Es una obra que exige al lector una participación activa, invitándolo a reconocerse en las moradas de su propia alma y a emprender el viaje hacia el centro, donde “Dios y el alma se hacen una cosa sola”.
Camino de Perfección: Pedagogía Ascética para la Comunidad Religiosa
Camino de Perfección, escrito entre 1565 y 1566, ocupa un lugar único en la obra de Santa Teresa por varias razones. Primero, fue la única de sus obras mayores que ella misma buscó activamente por su publicación, mostrando una particular satisfacción con ella . Segundo, fue concebida como un manual práctico y pedagógico para sus monjas del nuevo Carmelo reformado, un grupo de jóvenes que, debido a la vigilancia de la Inquisición sobre su Libro de la Vida, necesitaban una guía segura para su formación espiritual . Redactado bajo licencia explícita de su confesor y censor dominico, fray Domingo Báñez, el libro nació de una necesidad concreta: instruir a las nuevas comunidades carmelitas en los fundamentos de la vida de oración y virtud .
La estructura del libro se basa en el Padrenuestro, utilizando cada petición como un punto de partida para reflexionar sobre la vida espiritual . El tono es más didáctico y formativo que el de sus otros tratados místicos, aunque conserva su estilo característico de ser coloquial, afectuoso e íntimo, dirigido directamente a las mujeres que amaba . Aborda temas cruciales para la vida religiosa: la selección vocacional (capítulo 14), la humildad, el servicio eclesial, la mortificación, la atención en la oración y la importancia de la comunidad fraterna . Uno de los aspectos más innovadores del libro es la forma en que integra la espiritualidad femenina. Mientras que muchos textos ascéticos de la época tendían a masculinizaren la figura del aspirante a santidad, Teresa, en el capítulo 17, exhorta a sus monjas a ser “varones esforzados y no como mujercillas”, una frase que refleja la alta estima que tenía por la fortaleza espiritual y la entrega radical .
Quizás la metáfora más famosa de Camino de Perfección es la comparación del progreso espiritual con el juego de ajedrez, expuesta en el capítulo 16 . En ella, Teresa compara el alma con la Dama (la Reina), a Jesucristo con el Rey, y a las demás virtudes y criaturas con las demás piezas del juego . Argumenta que quien no sabe “concertar las piezas” ni saber dar “jaque mate” al Rey divino, “sabrá mal jugar” . Esta metáfora, que utiliza para ilustrar la necesidad de estrategia, disciplina y sacrificio en la vida espiritual, es la razón por la cual fue proclamada Patrona de los Ajedrecistas el 14 de octubre de 1944 por la Federación Española de Ajedrez . Sin embargo, la paradoja de esta metáfora es que Teresa la eliminó de la versión definitiva de su manuscrito, quizás por temor a que su exposición extensa en un libro de oración pareciera demasiado mundana o liviana, o porque su propia experiencia mística le hizo comprender que Dios no es un Rey al que se le da jaque mate por méritos humanos, sino que es Él quien se entrega primero por amor .
Como El Libro de la Vida, el manuscrito de Camino de Perfección también enfrentó la suspicacia de la Inquisición. Fue objeto de severas censuras por parte de sus teólogos censores, quienes eliminaron pasajes enteros, incluida la metáfora del ajedrez en su primera formulación completa, así como críticas veladas a la Inquisición y defensas del derecho de las mujeres a la vida espiritual . Esto obligó a Teresa a reescribir el libro, reduciendo su contenido polémico y adaptando su tono a las expectativas teológicas de la época . A pesar de estas presiones, la obra logró ser impresa en Lisboa en 1583, meses después de su muerte, gracias a los esfuerzos de su mecenas portugués, don Teutonio de Braganza . Hoy, Camino de Perfección es reconocido como un clásico de la pedagogía de la oración y un comentario profundo del Padrenuestro, valioso tanto para religiosos como para laicos que buscan profundizar en su vida espiritual.
El Universo Metonímico de Santa Teresa: Lenguaje y Simbología
El lenguaje de Santa Teresa de Jesús es uno de los elementos más fascinantes de su obra, una mezcla de sencillez y profundidad que logra transmitir experiencias místicas de gran complejidad con asombrosa claridad. Su estilo, que Ramón Menéndez Pidal bautizó como “estilo ermitaño”, se caracteriza por una prosa coloquial, espontánea y cercana, que parece provenir de la oralidad conventual . Evitaba las artificiosas afectaciones retóricas de su tiempo, empleando términos populares, diminutivos afectivos (“pecadorcilla”, “poquito”), y un léxico que, aunque enriquecido por su vasta cultura, conservaba la soltura de la conversación cotidiana . Fray Luis de León destacó la pureza, facilidad y elegancia de su prosa, afirmando que hablaba el castellano “desafeitado”, sin adornos . Este lenguaje era una herramienta pedagógica fundamental; quería que sus hermanas, incluso las menos cultas, pudieran entenderla y seguir su enseñanza .
Aunque su prosa es coloquial, la clave de su poder comunicativo reside en su uso magistral de la metáfora y la alegoría. Para Teresa, la palabra no solo describe la realidad, sino que la configura y la revela. Creaba metáforas que eran verdaderos universos conceptuales, permitiéndole hacer inteligibles los secretos de la vida interior. Las más célebres son, sin duda, las que constituyen el núcleo de sus tres obras maestras:
| Obra principal | Metáfora central | Descripción de la metáfora |
|---|---|---|
| El Libro de la Vida | El Huerto Regado | El alma es un huerto que Dios, como dueño, regala a su siervo. El orante es el hortelano que riega el jardín con diferentes métodos: sacando agua de un pozo (oración vocal y meditación), usando una noria (oración de quietud), guiando un arroyo (unión mística) o esperando la lluvia (don puro de Dios). Esta progresión muestra la evolución de un esfuerzo humano a una acción divina total. |
| Las Moradas del Castillo Interior | El Palacio de Cristal | El alma es un castillo único, hecho de una sola piedra de diamante y muy grande, dentro del cual hay varias moradas o habitaciones, dispuestas de la más baja a la más elevada. Cada morada representa una etapa del camino espiritual, desde la purgativa hasta la unitiva. El viaje espiritual consiste en atravesar las puertas y entrar en las moradas cada vez más interiores, hasta llegar al centro donde mora Dios con la alma. |
| Camino de Perfección | El Juego de Ajedrez | El progreso espiritual es un juego de ajedrez. Dios es el Rey, el alma es la Dama (Reina), y las virtudes y criaturas son el resto de las piezas. Para ganar el juego y alcanzar a Dios, es necesario saber mover estratégicamente las piezas, especialmente la humildad (la Dama), para dar “jaque mate” al Rey divino. La metáfora destaca la necesidad de planificación, sacrificio y disciplina en la vida espiritual. |
Además de estas metáforas centrales, Teresa empleaba una rica simbología que combinaba elementos militares, nupciales y domésticos. El alma era a menudo una soldado de Cristo, una esposa del Rey celestial, o una ama de casa que debía mantener limpia su casa interior . Estos símbolos no eran meras florituras, sino moldes conceptuales que estructuraban su teología y su pedagogía espiritual, haciendo la vida religiosa tangible y deseable para sus contemporáneos.
Su producción poética, aunque mucho más breve que su prosa, también revela esta sensibilidad simbólica. Compuso aproximadamente cuarenta poemas, mayormente villancicos o composiciones breves para ocasiones comunitarias, pero también algunas obras profundamente místicas como Vivo sin vivir en mí y el célebre Nada te turbe . Su poesía, como su prosa, es sencilla, directa y llena de paradojas, utilizando la música y la imagen para expresar lo que la prosa argumentativa no podía capturar. La autora utilizaba un lenguaje expresivo y comunicativo, creyendo que recibía las comparaciones y las imágenes como un don de Dios para transmitir su mensaje . Su capacidad para fusionar la teología rigurosa con una poesía vibrante y un lenguaje popular es lo que la convierte en una de las figuras más originales y accesibles de la literatura espiritual universal.
De la Tinta al Doctorado: La Trayectoria de una Doctrina
La trayectoria de Santa Teresa de Jesús desde ser una monja censurada a ser la primera Doctora de la Iglesia es un testimonio de la profundidad y universalidad de su doctrina. Sus escritos, inicialmente vistos con recelo, fueron finalmente reconocidos como una fuente invaluable de sabiduría teológica y espiritual. El proceso de canonización y doctorado fue largo y transitó por momentos de gran controversia, pero al final consolidó su posición como una de las grandes maestras de la tradición cristiana.
La primera etapa de reconocimiento oficial fue su beatificación y posterior canonización. Fue beatificada por el Papa Paulo V en 1614 y canonizada por el Papa Gregorio XV el 12 de marzo de 1622 . Este proceso, aunque rápido para la época, no estuvo exento de dificultades. A pesar de la enorme devoción popular, hubo prejuicios significativos. Algunos cardenales, como el Papa Pío IX, se opusieron a su doctorado con la objeción “obstat sexus”, argumentando que una mujer no podía tener la autoridad necesaria para dictar doctrina . Además, sus escritos fueron denunciados ante la Inquisición en vida y, tras su muerte, continuaron siendo objeto de ataques teológicos. Dominicos como Alonso de la Fuente y Juan de Orellana criticaron duramente su doctrina sobre la oración de quietud, aunque su persona era irreprochable . A pesar de estos obstáculos, la evidente santidad de su vida y la calidad de su enseñanza prevalecieron, sentando las bases para su futura glorificación.
El momento decisivo llegó el 27 de septiembre de 1970, cuando el Papa Pablo VI la declaró Doctora de la Iglesia, otorgándole el título honorífico por primera vez en la historia . Esta decisión fue un reconocimiento póstumo a la profundidad de su contribución teológica, especialmente en el campo de la mística y la espiritualidad. Su doctorado fue una declaración de que la voz femenina tiene un lugar legítimo y vital en la discusión doctrinal de la Iglesia. La elección de un monarca como Pablo VI para realizar esta proclamación es paradigmática: él mismo, al igual que Teresa, había sido un monarca en otro tiempo, y la elección de una mística para ser la primera Doctora de la Iglesia envía un mensaje poderoso sobre la unidad de todos los estados de vida en el pueblo de Dios.
A continuación, se presenta una tabla que resume la trayectoria de canonización y doctorado de Santa Teresa junto con otras doctores de la Iglesia:
| Santidad | Año de canonización | Año de doctorado de la iglesia | Notas adicionales |
|---|---|---|---|
| Santa Teresa de Jesús | 12 de marzo de 1622 (Gregorio XV) | 27 de septiembre de 1970 (Pablo VI) | Primera mujer Doctora de la Iglesia. Maestra de la vida interior y la oración. |
| San Juan de la Cruz | 29 de abril de 1618 (Paulo V) | 27 de octubre de 1988 (Juan Pablo II) | Poeta místico, esposo de la Divina Providencia. Fundador del Carmelo Descalzo Masculino. |
| Santa Catalina de Alexandria | 1300 (Bonifacio VIII) | 1970 (Pablo VI) | Patrónica de los intelectuales y de las víctimas de la violencia. |
| Santa Hildegarda de Bingen | 10 de octubre de 2012 (Benedicto XVI) | 7 de octubre de 2012 (Benedicto XVI) | Abadesa benedictina alemana, mistagoga, compositora, naturalista. |
| Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein) | 11 de mayo de 1998 (Juan Pablo II) | 1 de octubre de 1999 (Juan Pablo II) | Filósofa judía convertida al catolicismo, carmelita mártir en Auschwitz. |
| Santa Sofía de Panormo | 1 de noviembre de 1997 (Juan Pablo II) | 1997 (Juan Pablo II) | Mártir siria del siglo IV, patrona de la familia, la medicina y los prisioneros. |
| Santa Teresa de Lisieux (la pequeña corona) | 19 de mayo de 1925 (Pío XI) | 29 de octubre de 1997 (Juan Pablo II) | Doctora de la Misericordia. Patrónica de la Misiones. |
Este reconocimiento institucional no fue instantáneo, sino el resultado de décadas de estudio académico y devoción popular. Figuras como fray Luis de León, que defendió sus escritos contra los detractores, y estudiosos modernos como Tomás Álvarez, quien realizó ediciones críticas exhaustivas, jugaron un papel crucial en la recuperación y promoción de su obra . Hoy, el doctorado de Teresa es visto como una justicia tardía y una celebración de la diversidad de caminos para alcanzar a Dios. Su enseñanza, que combina una profunda racionalidad con una pasión amorosa, ofrece una espiritualidad equilibrada y robusta para el siglo XXI, demostrando que la teología más lúcida a menudo proviene de la experiencia más profunda del corazón humano.
Devociones Populares: Entre la Novena y la Autenticidad del Salmo
La devoción popular hacia Santa Teresa de Jesús es vasta y variada, extendiéndose desde la veneración de sus reliquias hasta el culto a sus escritos más breves. Sin embargo, la existencia de una novena formal a Santa Teresa para pedir la intercesión especial es un tema controvertido y, según las fuentes disponibles, poco documentado. La información proporcionada no menciona la existencia de un texto litúrgico canónico para una novena específica. Por el contrario, la devoción popular parece centrarse más en la intercesión general a través de la lectura de sus obras y la invocación de sus escritos más conocidos, como el poema “Nada te turbe”, como forma de oración y consuelo personal. La devoción a Santa Teresa es, por tanto, más bien una devoción “tesoriana”: se accede a ella a través de sus libros y poemas, que funcionan como intermediarios privilegiados de su santidad.
En cuanto a curiosidades, la lista de patronazgos es larga y refleja la amplitud de su influencia espiritual y cultural. Es patrona de España, de las personas en orden religioso, de las encajeras y, como ya se ha detallado, de los ajedrecistas desde 1944 . También es patrona de los escritores, probablemente por su extraordinario talento como escritora de la lengua española y por haber sido la primera mujer en recibir el doctorado de la Iglesia . Su protección se extiende a diversos oficios y lugares, incluyendo Madrid, Ávila, Ronda y Medina del Campo <URLWikipedia>. Una curiosa devoción es la asociación de su figura con la gastronomía: se dice que fue una experta cocinera y que inventó una pasta típica de Ávila, lo que la convierte en una patrona de la cocina junto a su intercesión para resolver bloqueos espirituales <URLWikipedia>. Además, su figura ha inspirado numerosas obras de arte, incluyendo la famosa escultura Éxtasis de Santa Teresa de Bernini y obras literarias como la obra de teatro La lengua en pedazos de Juan Mayorga .
Uno de los aspectos más fascinantes de su devoción popular es el debate sobre la autenticidad del poema más conocido, “Nada te turbe”. Si bien la mayoría de las fuentes y la devoción popular atribuyen el poema a Santa Teresa, existe una línea de investigación seria que cuestiona su autoría. Investigadores como Víctor García de la Concha y Ángel Custodio Vega han señalado que el poema no apareció en ninguna de las ediciones de las Obras completas de Teresa hasta 1852, más de dos siglos después de su muerte . El primer registro textual data de 1852, publicado por Nicolás de Castro Palomino, y fue presentado como una “letrilla” que la santa llevaba en su breviario . Sin embargo, el propio breviario original, certificado por su amigo y biógrafo fray Jerónimo Gracián, no contiene ningún anotación de autoría . Algunos investigadores sugieren que el poema podría ser obra de San Juan de la Cruz, quien le entregaba a sus discípulos “billetes” con consejos espirituales . Otros datos complican aún más el asunto: la supuesta carta de 1564 de Teresa a Hernando de Ahumada donde aparece el poema ha sido considerada apócrifa por editores críticos modernos . A pesar de todo esto, la tradición popular y la gran mayoría de los estudiosos la continúan atribuyendo el poema, que fue encontrado en su breviario y era recitado por ella frecuentemente . Su carácter de “salmo teresiano” radica en su poder de sintetizar su doctrina de la confianza, paciencia y desapego en apenas doce versos, con una estructura casi bíblica y resonancias teológicas profundas .
Finalmente, sus milagros y tentaciones son parte integral de su leyenda. Se la considera responsable de numerosos milagros, incluida la preservación incorrupta de su cuerpo, un fenómeno que la Ciencia confirmó en 2025, aunque la Iglesia reserva el término “incorruptibilidad” para casos específicos <URLReddit><URLNMSPST>. Fue tentada por el demonio, situación que describe con detalle en su Libro de la Vida, y experimentó éxtasis místico y levitaciones, hechos que fueron testigos presenciales . Sus experiencias místicas, como la transverberación, donde un ángel le atravesó el corazón con una lanza de fuego, se han convertido en iconos artísticos y teológicos . Estas experiencias, junto con su persistente lucha contra el dolor y la adversidad, son lo que ha consolidado su imagen como una modelo de fortaleza espiritual y una intercesora poderosa para quienes atraviesan sus propios “noches oscuras” espirituales. La devoción popular, por tanto, no se basa tanto en rituales formales como en una conexión personal con su obra, su ejemplo y sus escritos, que se interpretan como una guía práctica para la vida cristiana en el mundo contemporáneo.
Novena a Santa Teresa de Jesús

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración preparatoria para todos los días
Dulcísimo, amantísimo y reverendísimo Jesucristo, padre de todas las misericordias: aquí me tienes rendido a tus pies para manifestarte que te amo sobre todas las cosas y con la pena de haberte ofendido, te suplico de todo corazón que me perdones mis culpas y pecados; te suplico también por intercesión de tu queridísima Madre, María Santísima, me concedas la gracia para participar de esta Novena en honor de tu hija Santa Teresa.
Primer día
Amada en Jesucristo y de su querida Madre, Santa Teresa de Jesús, quien inspirada por Dios para reformar la Sagrada Orden del Carmen, fuiste espejo de castidad y pureza abrasada en el amor de Dios, consígueme la gracia de imitarte hasta la muerte.
Aquí me tienes postrado a tus plantas, deseando que obres en mí esa celestial sabiduría que te hizo predilecta para Jesucristo y su divina Madre, María Santísima. Yo te dedico esta novena para tu honra y gloria y bien de mi alma. Amén.
Se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad y se dice la petición que se desea obtener por medio de esta novena.
Oración a Santa Teresa de Jesús
Oh, Santa Teresa, Virgen seráfica, querida esposa de tu Señor Crucificado, tú, quien en la tierra ardió con un amor tan intenso
hacia tu Dios y mi Dios, y ahora iluminas como una llama resplandeciente en el paraíso, obtén para mí también,
te lo ruego, un destello de ese mismo fuego ardiente
y santo que me ayude a olvidar el mundo, las cosas creadas,
aún yo mismo, porque tu ardiente deseo era verle adorado
por todos los hombres.
Concédeme que todos mis pensamientos, deseos y afectos
sean dirigidos siempre a hacer la voluntad de Dios,
la Bondad suprema, aun estando en gozo o en dolor,
porque Él es digno de ser amado y obedecido por siempre.
Obtén para mí esta gracia, tú que eres tan poderosa con Dios,
que yo me llene de fuego, como tú, con el santo amor de Dios. Amén.
Oración final
Santa Teresa, esposa virgen, especialmente amada del Crucificado, y doctora de la Iglesia, alcánzame que a imitación tuya prefiera cumplir la voluntad y ganar la amistad el Sumo Bien, antes que todos los goces de la tierra. Dame fortaleza para seguir tu ejemplo de servir públicamente a Cristo con la perfección que Él pide, a pesar de todas las contradicciones. Y que con tu auxilio pueda superar las dificultades de esta vida y merecer el descanso sin fin del cielo. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Segundo Día de la Novena a Santa Teresa de Jesús

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración preparatoria para todos los días
Dulcísimo, amantísimo y reverendísimo Jesucristo, padre de todas las misericordias: aquí me tienes rendido a tus pies para manifestarte que te amo sobre todas las cosas y con la pena de haberte ofendido, te suplico de todo corazón que me perdones mis culpas y pecados; te suplico también por intercesión de tu queridísima Madre, María Santísima, me concedas la gracia para participar de esta Novena en honor de tu hija Santa Teresa.
Segundo día
Aquí me tienes ¡oh Dios mío! a mí, vil gusanillo de la tierra, ciego por el camino de la perdición, que no teniendo en cuenta lo que padeciste por todas las criaturas, sufriendo tu sacratísima pasión y muerte por todos los pecadores, dame, Señor, esa luz divina que me inspire en tu bondad y misericordia infinita, para que sea digno de alcanzar la bienaventuranza, como la alcanzó la seráfica y gloriosa virgen Santa Teresa de Jesús. Amén.
Se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad y se dice la petición que se desea obtener por medio de esta novena.
Oración a Santa Teresa de Jesús
Oh, Santa Teresa, Virgen seráfica, querida esposa de tu Señor Crucificado, tú, quien en la tierra ardió con un amor tan intenso
hacia tu Dios y mi Dios, y ahora iluminas como una llama resplandeciente en el paraíso, obtén para mí también,
te lo ruego, un destello de ese mismo fuego ardiente
y santo que me ayude a olvidar el mundo, las cosas creadas,
aún yo mismo, porque tu ardiente deseo era verle adorado
por todos los hombres.
Concédeme que todos mis pensamientos, deseos y afectos
sean dirigidos siempre a hacer la voluntad de Dios,
la Bondad suprema, aun estando en gozo o en dolor,
porque Él es digno de ser amado y obedecido por siempre.
Obtén para mí esta gracia, tú que eres tan poderosa con Dios,
que yo me llene de fuego, como tú, con el santo amor de Dios. Amén.
Oración final
Santa Teresa, esposa virgen, especialmente amada del Crucificado, y doctora de la Iglesia, alcánzame que a imitación tuya prefiera cumplir la voluntad y ganar la amistad el Sumo Bien, antes que todos los goces de la tierra. Dame fortaleza para seguir tu ejemplo de servir públicamente a Cristo con la perfección que Él pide, a pesar de todas las contradicciones. Y que con tu auxilio pueda superar las dificultades de esta vida y merecer el descanso sin fin del cielo. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Tercer Día de la Novena a Santa Teresa de Jesús

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración preparatoria para todos los días
Dulcísimo, amantísimo y reverendísimo Jesucristo, padre de todas las misericordias: aquí me tienes rendido a tus pies para manifestarte que te amo sobre todas las cosas y con la pena de haberte ofendido, te suplico de todo corazón que me perdones mis culpas y pecados; te suplico también por intercesión de tu queridísima Madre, María Santísima, me concedas la gracia para participar de esta Novena en honor de tu hija Santa Teresa.
Tercer día
¡Oh! mi buen Jesús, Dios y Señor de todo lo creado; yo te adoro y te amo de todo corazón con arrepentimiento sincero de todas mis culpas y pecados. Te pido que por favor abraces mi corazón como a tu amada esposa Santa Teresa de Jesús. Comunícame, Señor, esa llama celestial que limpie mi alma de toda culpa, para que sea digno de alcanzar la gloria que tanto deseo. Amén.
Se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad y se dice la petición que se desea obtener por medio de esta novena.
Oración a Santa Teresa de Jesús
Oh, Santa Teresa, Virgen seráfica, querida esposa de tu Señor Crucificado, tú, quien en la tierra ardió con un amor tan intenso
hacia tu Dios y mi Dios, y ahora iluminas como una llama resplandeciente en el paraíso, obtén para mí también,
te lo ruego, un destello de ese mismo fuego ardiente
y santo que me ayude a olvidar el mundo, las cosas creadas,
aún yo mismo, porque tu ardiente deseo era verle adorado
por todos los hombres.
Concédeme que todos mis pensamientos, deseos y afectos
sean dirigidos siempre a hacer la voluntad de Dios,
la Bondad suprema, aun estando en gozo o en dolor,
porque Él es digno de ser amado y obedecido por siempre.
Obtén para mí esta gracia, tú que eres tan poderosa con Dios,
que yo me llene de fuego, como tú, con el santo amor de Dios. Amén.
Oración final
Santa Teresa, esposa virgen, especialmente amada del Crucificado, y doctora de la Iglesia, alcánzame que a imitación tuya prefiera cumplir la voluntad y ganar la amistad el Sumo Bien, antes que todos los goces de la tierra. Dame fortaleza para seguir tu ejemplo de servir públicamente a Cristo con la perfección que Él pide, a pesar de todas las contradicciones. Y que con tu auxilio pueda superar las dificultades de esta vida y merecer el descanso sin fin del cielo. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cuarto Día de la Novena a Santa Teresa de Jesús

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración preparatoria para todos los días
Dulcísimo, amantísimo y reverendísimo Jesucristo, padre de todas las misericordias: aquí me tienes rendido a tus pies para manifestarte que te amo sobre todas las cosas y con la pena de haberte ofendido, te suplico de todo corazón que me perdones mis culpas y pecados; te suplico también por intercesión de tu queridísima Madre, María Santísima, me concedas la gracia para participar de esta Novena en honor de tu hija Santa Teresa.
Cuarto día
Te saludo resplandeciente lirio de la hermosura y sosegada primavera, Virgen Sagrada, divina esposa de Jesucristo que mereciste los dones celestiales y la predilección de María Santísima, dando al mundo ejemplos de virtud y de ternura.
Te suplico ¡oh Santa Teresa de Jesús! me comuniques la gracia del Eterno que tú mereciste para ser admitida en el seno de los cielos y así tener la dicha de acompañarte en la mansión de los justos. Amén.
Se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad y se dice la petición que se desea obtener por medio de esta novena.
Oración a Santa Teresa de Jesús
Oh, Santa Teresa, Virgen seráfica, querida esposa de tu Señor Crucificado, tú, quien en la tierra ardió con un amor tan intenso
hacia tu Dios y mi Dios, y ahora iluminas como una llama resplandeciente en el paraíso, obtén para mí también,
te lo ruego, un destello de ese mismo fuego ardiente
y santo que me ayude a olvidar el mundo, las cosas creadas,
aún yo mismo, porque tu ardiente deseo era verle adorado
por todos los hombres.
Concédeme que todos mis pensamientos, deseos y afectos
sean dirigidos siempre a hacer la voluntad de Dios,
la Bondad suprema, aun estando en gozo o en dolor,
porque Él es digno de ser amado y obedecido por siempre.
Obtén para mí esta gracia, tú que eres tan poderosa con Dios,
que yo me llene de fuego, como tú, con el santo amor de Dios. Amén.
Oración final
Santa Teresa, esposa virgen, especialmente amada del Crucificado, y doctora de la Iglesia, alcánzame que a imitación tuya prefiera cumplir la voluntad y ganar la amistad el Sumo Bien, antes que todos los goces de la tierra. Dame fortaleza para seguir tu ejemplo de servir públicamente a Cristo con la perfección que Él pide, a pesar de todas las contradicciones. Y que con tu auxilio pueda superar las dificultades de esta vida y merecer el descanso sin fin del cielo. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Quinto Día de la Novena a Santa Teresa de Jesús

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración preparatoria para todos los días
Dulcísimo, amantísimo y reverendísimo Jesucristo, padre de todas las misericordias: aquí me tienes rendido a tus pies para manifestarte que te amo sobre todas las cosas y con la pena de haberte ofendido, te suplico de todo corazón que me perdones mis culpas y pecados; te suplico también por intercesión de tu queridísima Madre, María Santísima, me concedas la gracia para participar de esta Novena en honor de tu hija Santa Teresa.
Quinto día
Santa Teresa de Jesús, yo te escojo como ayuda piadosa, madre de mi flaqueza, de mis atenciones y necesidades; yo me entrego en tus brazos, lleno de arrepentimiento de todos mis pecados, para que me cubras con tu hábito seráfico, como a hijo tuyo, para que me consueles con tu gracia pidiendo a nuestro Señor Jesucristo, y a su purísima Madre, por este mortal que desea de todo corazón participar de la gloria reservada a las almas justas. Amén.
Se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad y se dice la petición que se desea obtener por medio de esta novena.
Oración a Santa Teresa de Jesús
Oh, Santa Teresa, Virgen seráfica, querida esposa de tu Señor Crucificado, tú, quien en la tierra ardió con un amor tan intenso
hacia tu Dios y mi Dios, y ahora iluminas como una llama resplandeciente en el paraíso, obtén para mí también,
te lo ruego, un destello de ese mismo fuego ardiente
y santo que me ayude a olvidar el mundo, las cosas creadas,
aún yo mismo, porque tu ardiente deseo era verle adorado
por todos los hombres.
Concédeme que todos mis pensamientos, deseos y afectos
sean dirigidos siempre a hacer la voluntad de Dios,
la Bondad suprema, aun estando en gozo o en dolor,
porque Él es digno de ser amado y obedecido por siempre.
Obtén para mí esta gracia, tú que eres tan poderosa con Dios,
que yo me llene de fuego, como tú, con el santo amor de Dios. Amén.
Oración final
Santa Teresa, esposa virgen, especialmente amada del Crucificado, y doctora de la Iglesia, alcánzame que a imitación tuya prefiera cumplir la voluntad y ganar la amistad el Sumo Bien, antes que todos los goces de la tierra. Dame fortaleza para seguir tu ejemplo de servir públicamente a Cristo con la perfección que Él pide, a pesar de todas las contradicciones. Y que con tu auxilio pueda superar las dificultades de esta vida y merecer el descanso sin fin del cielo. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Sexto Día de la Novena a Santa Teresa de Jesús

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración preparatoria para todos los días
Dulcísimo, amantísimo y reverendísimo Jesucristo, padre de todas las misericordias: aquí me tienes rendido a tus pies para manifestarte que te amo sobre todas las cosas y con la pena de haberte ofendido, te suplico de todo corazón que me perdones mis culpas y pecados; te suplico también por intercesión de tu queridísima Madre, María Santísima, me concedas la gracia para participar de esta Novena en honor de tu hija Santa Teresa.
Sexto día
Santa Teresa de Jesús, aquí me tienes sumisa y arrepentida de todos mis pecados, pidiéndote la protección de Jesús y de su divina Madre, María Santísima. Por favor intercede para que obtenga la misericordia del Dios y la gracia de servirlo cumpliendo los mandamientos. Asimismo te pido que me socorras en el trance crítico de la muerte para morir en santa gracia. Amén.
Se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad y se dice la petición que se desea obtener por medio de esta novena.
Oración a Santa Teresa de Jesús
Oh, Santa Teresa, Virgen seráfica, querida esposa de tu Señor Crucificado, tú, quien en la tierra ardió con un amor tan intenso
hacia tu Dios y mi Dios, y ahora iluminas como una llama resplandeciente en el paraíso, obtén para mí también,
te lo ruego, un destello de ese mismo fuego ardiente
y santo que me ayude a olvidar el mundo, las cosas creadas,
aún yo mismo, porque tu ardiente deseo era verle adorado
por todos los hombres.
Concédeme que todos mis pensamientos, deseos y afectos
sean dirigidos siempre a hacer la voluntad de Dios,
la Bondad suprema, aun estando en gozo o en dolor,
porque Él es digno de ser amado y obedecido por siempre.
Obtén para mí esta gracia, tú que eres tan poderosa con Dios,
que yo me llene de fuego, como tú, con el santo amor de Dios. Amén.
Oración final
Santa Teresa, esposa virgen, especialmente amada del Crucificado, y doctora de la Iglesia, alcánzame que a imitación tuya prefiera cumplir la voluntad y ganar la amistad el Sumo Bien, antes que todos los goces de la tierra. Dame fortaleza para seguir tu ejemplo de servir públicamente a Cristo con la perfección que Él pide, a pesar de todas las contradicciones. Y que con tu auxilio pueda superar las dificultades de esta vida y merecer el descanso sin fin del cielo. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Séptimo Día de la Novena a Santa Teresa de Jesús

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración preparatoria para todos los días
Dulcísimo, amantísimo y reverendísimo Jesucristo, padre de todas las misericordias: aquí me tienes rendido a tus pies para manifestarte que te amo sobre todas las cosas y con la pena de haberte ofendido, te suplico de todo corazón que me perdones mis culpas y pecados; te suplico también por intercesión de tu queridísima Madre, María Santísima, me concedas la gracia para participar de esta Novena en honor de tu hija Santa Teresa.
Séptimo día
Oh Dios misericordioso y clemente, cuyo espíritu de bondad manifiestas a los mortales cuando más pecadores se manifiestan. Eres, pues, pastor de las ovejas descarriadas que con vuestra infinita bondad y misericordia las diriges al redil de la bienaventuranza.
Te pido, mi buen Jesús, infiltres en mí ese espíritu para que yo me arrepienta de todos los pecados cometidos durante mi vida y sea yo tan feliz, como Santa Teresa de Jesús, para alabarte en la gloria por siempre jamás. Amén.
Se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad y se dice la petición que se desea obtener por medio de esta novena.
Oración a Santa Teresa de Jesús
Oh, Santa Teresa, Virgen seráfica, querida esposa de tu Señor Crucificado, tú, quien en la tierra ardió con un amor tan intenso
hacia tu Dios y mi Dios, y ahora iluminas como una llama resplandeciente en el paraíso, obtén para mí también,
te lo ruego, un destello de ese mismo fuego ardiente
y santo que me ayude a olvidar el mundo, las cosas creadas,
aún yo mismo, porque tu ardiente deseo era verle adorado
por todos los hombres.
Concédeme que todos mis pensamientos, deseos y afectos
sean dirigidos siempre a hacer la voluntad de Dios,
la Bondad suprema, aun estando en gozo o en dolor,
porque Él es digno de ser amado y obedecido por siempre.
Obtén para mí esta gracia, tú que eres tan poderosa con Dios,
que yo me llene de fuego, como tú, con el santo amor de Dios. Amén.
Oración final
Santa Teresa, esposa virgen, especialmente amada del Crucificado, y doctora de la Iglesia, alcánzame que a imitación tuya prefiera cumplir la voluntad y ganar la amistad el Sumo Bien, antes que todos los goces de la tierra. Dame fortaleza para seguir tu ejemplo de servir públicamente a Cristo con la perfección que Él pide, a pesar de todas las contradicciones. Y que con tu auxilio pueda superar las dificultades de esta vida y merecer el descanso sin fin del cielo. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Octavo Día de la Novena a Santa Teresa de Jesús

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración preparatoria para todos los días
Dulcísimo, amantísimo y reverendísimo Jesucristo, padre de todas las misericordias: aquí me tienes rendido a tus pies para manifestarte que te amo sobre todas las cosas y con la pena de haberte ofendido, te suplico de todo corazón que me perdones mis culpas y pecados; te suplico también por intercesión de tu queridísima Madre, María Santísima, me concedas la gracia para participar de esta Novena en honor de tu hija Santa Teresa.
Octavo día
Señor mío Jesucristo, yo te adoro y amo de todo corazón y quisiera participar de los dolores de tu Pasión y muerte que sufriste por nosotros los pecadores. Pase por mí también el amargo cáliz de tantos padecimientos, como te dignaste favorecer a Santa Teresa de Jesús, para que mi alma quede purificada y pueda alcanzar la gloria que tienes reservada a los que te sirven. Amén.
Se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad y se dice la petición que se desea obtener por medio de esta novena.
Oración a Santa Teresa de Jesús
Oh, Santa Teresa, Virgen seráfica, querida esposa de tu Señor Crucificado, tú, quien en la tierra ardió con un amor tan intenso
hacia tu Dios y mi Dios, y ahora iluminas como una llama resplandeciente en el paraíso, obtén para mí también,
te lo ruego, un destello de ese mismo fuego ardiente
y santo que me ayude a olvidar el mundo, las cosas creadas,
aún yo mismo, porque tu ardiente deseo era verle adorado
por todos los hombres.
Concédeme que todos mis pensamientos, deseos y afectos
sean dirigidos siempre a hacer la voluntad de Dios,
la Bondad suprema, aun estando en gozo o en dolor,
porque Él es digno de ser amado y obedecido por siempre.
Obtén para mí esta gracia, tú que eres tan poderosa con Dios,
que yo me llene de fuego, como tú, con el santo amor de Dios. Amén.
Oración final
Santa Teresa, esposa virgen, especialmente amada del Crucificado, y doctora de la Iglesia, alcánzame que a imitación tuya prefiera cumplir la voluntad y ganar la amistad el Sumo Bien, antes que todos los goces de la tierra. Dame fortaleza para seguir tu ejemplo de servir públicamente a Cristo con la perfección que Él pide, a pesar de todas las contradicciones. Y que con tu auxilio pueda superar las dificultades de esta vida y merecer el descanso sin fin del cielo. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Noveno Día de la Novena a Santa Teresa de Jesús

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración preparatoria para todos los días
Dulcísimo, amantísimo y reverendísimo Jesucristo, padre de todas las misericordias: aquí me tienes rendido a tus pies para manifestarte que te amo sobre todas las cosas y con la pena de haberte ofendido, te suplico de todo corazón que me perdones mis culpas y pecados; te suplico también por intercesión de tu queridísima Madre, María Santísima, me concedas la gracia para participar de esta Novena en honor de tu hija Santa Teresa.
Noveno día
Dios y Señor de todo lo creado, agradable es a tu divina misericordia la muerte de los que abandonan en gracia esta miserable vida y van a ser partícipes de la eterna bienaventuranza. Concédeme, Señor, a mí esa virtud con que favoreciste a Santa Teresa de Jesús por sus muchas virtudes dándole una muerte feliz, cuya alma voló al cielo en forma de blanca paloma donde la esperaban gozosos para celebrar su triunfo millares de coros de vírgenes, ángeles, arcángeles y serafines.
Te suplico, oh Santa Teresa de Jesús, que pidas por mí a tu esposo, nuestro Señor Jesucristo y a su bendita Madre, María Santísima, que se me conceda una buena muerte y que vaya después a gozar la eterna gloria. Amén.
Se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad y se dice la petición que se desea obtener por medio de esta novena.
Oración a Santa Teresa de Jesús
Oh, Santa Teresa, Virgen seráfica, querida esposa de tu Señor Crucificado, tú, quien en la tierra ardió con un amor tan intenso
hacia tu Dios y mi Dios, y ahora iluminas como una llama resplandeciente en el paraíso, obtén para mí también,
te lo ruego, un destello de ese mismo fuego ardiente
y santo que me ayude a olvidar el mundo, las cosas creadas,
aún yo mismo, porque tu ardiente deseo era verle adorado
por todos los hombres.
Concédeme que todos mis pensamientos, deseos y afectos
sean dirigidos siempre a hacer la voluntad de Dios,
la Bondad suprema, aun estando en gozo o en dolor,
porque Él es digno de ser amado y obedecido por siempre.
Obtén para mí esta gracia, tú que eres tan poderosa con Dios,
que yo me llene de fuego, como tú, con el santo amor de Dios. Amén.
Oración final
Santa Teresa, esposa virgen, especialmente amada del Crucificado, y doctora de la Iglesia, alcánzame que a imitación tuya prefiera cumplir la voluntad y ganar la amistad el Sumo Bien, antes que todos los goces de la tierra. Dame fortaleza para seguir tu ejemplo de servir públicamente a Cristo con la perfección que Él pide, a pesar de todas las contradicciones. Y que con tu auxilio pueda superar las dificultades de esta vida y merecer el descanso sin fin del cielo. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

