
La sede de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) estuvo cerrada el lunes mientras el multimillonario tecnológico Elon Musk trabajaba para desmantelar la agencia de ayuda exterior.
El futuro del mayor donante del mundo está en duda después de que Musk, que dirige una nueva oficina de «eficiencia gubernamental», dijo que el presidente Donald Trump acordó «cerrarla«, mientras que el secretario de Estado Marco Rubio, ahora director interino de USAID, dijo que «hay cosas que hace sobre las que tenemos fuertes dudas».
La agencia distribuye decenas de miles de millones en ayuda humanitaria y emplea a miles de personas en todo el mundo que administran los programas.
La suspensión de la ayuda exterior por parte de Trump, que ha reforzado el poder blando geopolítico de Estados Unidos, crea una apertura para sus rivales como China, informó Bloomberg; Beijing ha hecho incursiones en el «Sur Global», aumentando las inversiones en África y el sudeste asiático.
Traducido de SEMAFOR