Los australianos podrán ignorar a sus jefes fuera del horario laboral gracias a una nueva ley de “derecho a desconectarse” que entra en vigor el lunes.
Los empleados estarán protegidos si se niegan a supervisar, leer o responder a los contactos de sus empleadores o clientes fuera del trabajo “a menos que esa negativa sea irrazonable”, establece la legislación.
Sigue a leyes similares aprobadas por países como Francia, Portugal y Kenia, que tienen como objetivo contrarrestar la noción de que, gracias a los teléfonos móviles, los trabajadores están “siempre conectados”, en detrimento de su salud.
Un estudio concluyó que los australianos realizan 281 horas extras no remuneradas cada año.
“En el mundo hiperconectado de hoy, es crucial establecer límites más claros entre el tiempo de trabajo y el descanso”, escribió un profesor de gestión de Melbourne en The Conversation.
Traducido de SEMAFOR